Capitulo IV

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Hola. Feliz año. Aquí yo otra vez en año nuevo jaja. Aqui un nuevo capítulo. Ojalá y les guste.

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La madrugada hacía rato que miraba dormir a todos. A todos a excepción de Hermione, quien por quincuagésima vez suspiraba largamente. Aprovechaba la relativa privacidad que le brindaba la negrura de la noche para poder alharacar su rostro y así de algún modo expresar la angustia que la torturaba por dentro.

«Tienes exactamente dos semana para que decidas cómo saldar la deuda»

Escucho su voz atiborrada de acento retumbar en su cabeza. Él había sido intransigente, sin dar espacio a nada. El reloj corría y los días pasaban haciendo cada vez más cercana la fecha decisiva de su vida.

Un ronquido a su lado logró sacarla de sus introspectivos pensamientos. Miro a Ron, quien dormitaba tranquilo a su lado en la pequeña cama que ambos compartían–desde que ella se mudo allí cuando el techo cayó sobre su cabeza– Él no sabía nada, ella jamás le había contado ni una palabra sobre los hechos ocurridos en el pasado y muchísimo menos los acaecidos recientemente, y por lo mismo dormía ajeno a su predicamento.

Otro ronquido inundó el ambiente y Hermione se sentó en la cama pasándose la mano por la cara, ya no tenía ningún caso seguir intentando algo que no iba a poder lograr.

Miro la hora.

04:48 am

No había podido dormir nada, bueno lo mejor era comenzar con su ronda matutina, cuarenta y dos minutos antes de lo acostumbrado.

Se cambió de ropa y bajo hasta la cocina. Dado que ella no aportaba nada a la Madriguera-en cuanto a dinero se refería, puesto que parte de su sueldo de iba en la cuenta del hospital y la otra parte en los medicamentos-tenia que contribuir de algún modo y ese modo era labores domésticas, debía levantarse a las 5:30 de la mañana a cocinar para todos, luego limpiar el desorden que quedaba de la noche anterior, sacudir, fregar, tapear.... en ocasiones le tocaba lavar la ropa de todos.

Encendió la estufa y pensó que en un principio había sido un poco duro, ella apenas y sabía cocinar, su único propósito en la vida siempre fue ser la mejor de su clase. Pero tan pronto se mudó con los Weasley, la señora Molly- le resaltó de un modo conciliador y poco agradable -su posición aunque a veces lo consideraba un poco injusto. Era ella quien básicamente hacía casi todos los quehaceres ¿y los demás? Pues bien gracias.

¿Pero como ella refutaba cualquier cosa? sí a veces sentía que se merecía todo lo malo que pudiera pasarle.

-¡Buenos días!-fueron diciendo cada uno de los pelirrojos cuando bajaron.

Los saludó a todos mientras limpiaba la mesita de la sala y los despidió del mismo modo cuando salieron ensuciando el piso que recién había trapeado. Bufo y tuvo que volver hacer el trabajo, en cuanto estuvo satisfecha subió para darse una ducha. Ese día su madre tenía sesión de quimioterapia y quería acompañarla.

Pero en cuanto estuvo lista y bajo, su camino se vio intervenido

-Hermione cariño ¿a dónde vas?-pregunto la matriarca Weasley-hoy es viernes, toca hacer lavandería-

Oh ese detalle

-Señora Molly, mi madre tiene quimio hoy y yo quiero acompañarla- explicó mirándola, pero por su mirada no pareció entender eso-cuando vuelva puedo hacerlo-

-Hay ropa que no se seca en sombra-

-Ya lo sé, pero yo quiero estar con ella. Pediré el día de mañana para lavar toda la ropa-

-Esta bien querida, ve con tu madre-le dijo con una calida sonrisa satisfecha con la respuesta-pero hazlo-

-Sí yo lo hago-

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Hermione quedó sorprendida cuando vio que el hospital- donde estaba internada su madre-estaba siendo remodelado, y al ver a unos hombres cargando un electrocardiograma envuelto en papel burbuja, supo que no solo era algo de pintura.

Hasta que por fin la junta directiva se decidía acondicionarlo.

Camino por los pasillos hasta llegar a la habitación de su madre. La encontró en uno de los muebles leyendo un libro, sonrió olvidándose de todo por un momento para concentrarse solo en ella.

-Buenos días mamá-

La mujer que aún usaba el pijama miro en su dirección y sonrio-¡Jean! Te estaba esperando, cielo-le dijo recibiendo su beso en la mejilla.

-Pues ya estoy aquí, no tienes que esperar más- expresó poniendo un corto mechón tras su oreja-¿Qué vestido quieres usar mamá?-

-Uhmm el de color salmón-

La castaña fue hasta el armario de la habitación y sacó la mencionada prenda, y la pegó contra su pecho-este vestido se te ve muy bien mami-

-Gracias mi cielo-le contesto Jane acariciando la portada del libro.

-Tal parece que el directivo de este hospital al fin está haciendo las mejoras necesarias-le comento a su madre mientras le acomodaba el vestido sobre la cama-solo espero que no empiecen a cobrar más por los servicios-

Frunció el entrecejo cuando se fijó que Jane la miraba con algo de aprensión en su rostro.

-¿Qué?-

-No fue el directivo, Jean-

-¿No fue?-eso era confuso-Entonces... ¿quién fue?-

-Fue Viktor...-

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Nota de autor:

Bueno aquí un capítulo después de mucho tiempo, no había publicado nada de esta historia porque se me había secado el cerebro, no obstante un día mientras el aburrimiento me comía viva se me ocurrió una larga parte, como unos diez o doce capítulos. Así que esta historia tiene continuación segura.

Ah una cosita, no revisé, así que me avisan cualquier error please....

Feliz año a todos.

No se olviden de votar y comentar, no sé en realidad que les parece esta historia.

Hasta la próxima.

Un besito a todos :3

Deuda de amorWhere stories live. Discover now