Infantil {Adrien Agreste y tu} [FINALIZADA]

#33

Caminó lentamente y podía escuchar atentamente cómo sus tacones sonaban por el suelo de madera, a pesar de que había gente de etiqueta, en verdad se sentía inquieta entre tanta gente en especial personas de su edad que tenía mucha etiqueta, se sintió fuera de lugar.

—Me encanta venir aquí.—Hablaba con entusiasmo Axel mientras se metía las manos a los bolsillos delanteros de su pantalón negro.

—La primera vez que salimos juntos también me llevaste a una cafetería muy mona y algo cara.—Lo último lo dijo _______ de forma baja.

—Hablas como si fuera una cita.

—Más quisieras.—Contestó ella con la primera risa después de todo el trayecto desde la mansión.

—¿Estarías dispuesta?—Propuso él de forma coqueta, pero la latina solo se lo tomó como una broma de mal gusto.

—Que gracioso.—Comentó para después sentarse en un sillón de tela azul.

—Eso significa que alguien más tiene tu corazón.—Dramatizó el francés pretendiendo haber sido herido.

—Pues sí.—La latina afirmó e instantáneamente su móvil sonó.

"Te amo, volveré pronto."

Leyó la niñera en su mente y sus ojos se cristalizaron.

—Hoy no pienses en él.—Axel se acercó a ella y tocó su mejilla con sus manos cálidas.

—Bebamos hasta que me canse.

—Teníamos que haber comprado una botella de whisky y tomárnosla solos, tal vez era la mejor solución.

La joven soltó una risa y soltó la carta que momentos antes había ojeado.

—Me decido por un mojito.

Lo que quedó de tarde hacia el anochecer transcurrió tranquilo, ambos no estaban bebidos a pesar de haber pedido una botella de vino y fue cuando _______ se decidió por la propuesta de de ir a por la botella de whisky.

—Sabes, lo he estado pensando y me convence más la idea de tomarnos una botella de whisky entre tú y yo.—Habló mucho más suelta mientras se terminaba lo que quedaba en su copa.

—¿Segura?¿Tú no trabajas mañana o que?

—No es la primera vez que voy con resaca al trabajo y emocionalmente me hace bien beber, la gente dice que eso no sirve para curar todo eso que sentimos, pero para mí es lo mejor.

—Entonces coincidimos en algo.—Axel pidió la cuenta y tras pagar con su tarjeta de crédito, ambos tomaron el coche.

La chica cerró los ojos sintiendo el aire, que entraba por una ventanilla bajada, chocar contra sus mejillas, hasta que instantes después su cabello chocó contra sus ojos.