16. Si mi voluntad se va, me quedas tú.

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Debajo del papel, había un anillo. El anillo que Henry siempre había llevado puesto, que brillaba en un oro completamente diferente porque era rojo, un rojo metálico como si la sangre lo reluciera. Bram lo sostuvo en las manos, tembló y se cayó de nuevo al suelo.

Después de eso, su llanto no paro nunca más.







Las escaleras del palacio de Vassilia estaban manchadas de sangre, el aire olía a ceniza y el poblado alrededor del palacio tenía todas sus puertas cerradas. El castillo, con sus crestas grandes, con sus torres y sus banderas, se veía increíblemente desolada.

Henry se puso alerta de inmediato, encontró en el salón el cuerpo tendido y moribundo de un guardia, se acercó a él al sentir su corazón palpitar levemente. El hombre estaba frio y pálido, pero Henry lo reconoció, era uno de los guardias de su hermano.

"¿Jonaeh?"

El guardia tosió con fuerza, no le quedaba mucha vida, una herida enorme le cercenaba el estomago.

"Mi príncipe..." susurró el guardia, su cabeza se ladeaba de un lugar a otro.

"¿Qué esta sucediendo, Jonaeh? ¿Qué pasó mientras me fui?"

Los ojos del hombre se enfocaron en el príncipe, con algo parecido a la esperanza bailando en ellos.

"Escóndase, que no lo vea, mi príncipe...que no lo..." otra oleada de tos recorrió al guardia, la

"¿De quién estás hablando? No comprendo, ¿Dónde están mis padres? ¿mi hermano?"

"Ya no queda nadie, nada..."

Los ojos de Henry se abrieron con sorpresa. ¿Cómo se había transformado su mundo en aquello? ¿Cómo podía la vida haberse perdido así de aquellos muros? Y entonces, el sonido de pasos a su espalda lo sobresaltó demasiado tarde. Frente a él, un hombre alto y con el pelo oscuro le devolvía una mirada recelosa y sorprendida.

Merlí, el mago, el traidor.

Su ropa negra era casi tan pulcra como la frialdad de sus ojos.

"Así que has conseguido regresar"

Henry se contuvo de lanzársele encima, estaba muy en desventaja y el otro también lo sabía.

Detrás de él, Jonaeh murmuró algo entre borbotones de sangre. "No le crea nada..." estaba comenzando a decir, pero entonces, Merlí movió los dedos en solo un chasquido, un gesto simple y ordinario, y lo convirtió en un acto mortal.

El cuello del guardia se torció completamente y su cabeza cayó sin vitalidad alguna hacia adelante.

Henry tragó saliva, usar la magia para dañar a otros era un delito capital.

"Este es mi lugar, mi ciudad, mi mundo" respondió Henry, pero de inmediato se dio cuenta de que era mentira, Vassilia ya no se sentía como su lugar, porque su único lugar en el mundo eran unos rizos claros y unas manos pequeñas abrazadas a las suyas.

"¿Esto se te parece a tu mundo?" respondió el mago, dando un pequeño paso hacia él. La frialdad de sus ojos era inescrutable, dolorosa casi.

"¿Qué has hecho?"

El mago sonrío, con ironía. De cerca, sus ojos estaban rojos y su boca reseca, se veía exhausto.

"Yo no he hecho nada" respondió.

NARCISSIST ⌠Omegaverse⌡Where stories live. Discover now