CAPÍTULO X: 𝗠𝗜𝗡𝗝𝗨

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Obs. Narración en primera persona. 

Hace algún tiempo, leí el artículo de un blog titulado "Depresión y animales", que resultó ser muy interesante.

Y particularmente, llamó mi atención este párrafo: "¿Por qué los perros y los gatos ayudan a superar la depresión? Ayudan a liberar en el cerebro del ser humano más oxitocina, conocida también por muchos como la hormona del amor. A su vez, estimulan el aumento
de serotonina y de dopamina, que son positivos porque están relacionados con la regulación del humor y el placer."


También estuve investigando y dí con un estudio de la psiquiatra Sandra Baker, de la Universidad Commonwealth de Virginia, que mostraba que acariciar frecuentemente a un perro puede ayudar a disminuir el estrés. Asimismo, aconseja pasear y hablar a las mascotas, actos que despejan la mente, la liberan y la hacen volar lejos de los pensamientos pesimistas. Y así, pasé varios días sopesando las ventajas y desventajas sobre tener un perro (no era opción tener un gato, pues soy alérgica), hasta que casualmente Hitomi me convenció de ir a la jornada de adopción de híbridos.

Y por eso ahora estoy en esta situación. Con una híbrida de perro beagle llamada Chaewon, mientras me dirijo a casa.

La conocí durante la jornada, de manera muy accidental, y de esta misma forma la adopté. No tuve mucha opción sobre eso, pues se había puesto a hacer un escandaloso berrinche y la única idea que tuve para tranquilizarla, fue precisamente esa. Adoptarla. Y aunque inicialmente me lo tomé mal, recordé ese artículo ; a estas alturas, ya debe surgir la pregunta sobre por qué me "apasiona" tanto el tema sobre la depresión y cómo tratarla.

La respuesta es más simple de lo que se cree. Yo también la padezco, desde hace poco más de un año. No me gusta mucho hablar de mi vida, pero debo hacer un alto en eso, para contextualizar mi estado actual.

La depresión generalmente tiene una causa, como un evento negativo, y en mi caso, el detonador fue un asunto familiar (específicamente con mis padres), respecto a mi salida del clóset. Tengo diecinueve años, y hace un año atrás, cuando tenía dieciocho, le anuncié a mi familia que era lesbiana. Que me gustaban las chicas. Que nunca en la vida me gustaría un hombre, que no tendría un esposo, que no tendría un novio. Y en ese momento advertí como toda la relación que teníamos, se trizó. Se acabó, por siempre. O hasta un plazo indeterminado, que probablemente no será pronto.

Además, para mi maravillosa suerte, en la lotería de padres me tocó un dúo de
conservadores religiosos. Lo que significaba, que no tendrían mucha piedad conmigo.
De hecho, me gritaron un poco, cosas como "No te hemos educado así", "eres una decepción para nuestra familia", y el Óscar a la Mejor Frase: "Pues que se te quite lo lesbiana". Como que yo pudiera ir y cambiar mi orientación sexual, como quien cancela su cuenta de Netflix.

Así que ese mismo día, bajo la ira de Dios (y de mis padres) sobre mi cabeza, me dejaron llevar la guitarra y algunas cosas para la universidad, me pidieron la llave y me echaron de la casa. Logré llevarme la laptop, toda mi ropa y una colección de fotos con mis amigas... y tengo entendido que el resto de cosas, que no se podían vender o regalar, las quemaron.

Súper dramático, a mi parecer.

Y ahora vivo con Hwang Hyunjin, un chico gay al que también echaron de su casa. Nos hacemos buena compañía los dos, aunque ahora hay que agregar a una nueva integrante a nuestro clan: mi híbrida de beagle.

Todo regresa a Chaewon, porque es el antídoto de mi persistente tristeza. Y aunque tengo el corazón destrozado desde hace más de un año atrás, rota y rechazada, pienso en las cosas buenas que podría traer Chaewon a mi vida. En que podría enseñarme tantas cosas, y una de ellas es el amor.

Hablando de Chaewon...otra vez me está besando el cuello, muy adorablemente. Por tanto, ya no tengo más tiempo para pensar en "Cómo la depresión casi consume mi vida", y tengo que cambiar al modo "Chaewon puede ayudarme a superar esto". Es como una vía de terapia, en base al amor incondicional que ella siente por mí.

—Gruñoncita, ¿falta mucho para llegar a casa? —pregunta Chaewon entre beso y beso, separándose ligeramente de mi cuello. Volteo a verla, tratando de no fruncir el ceño y que la irritabilidad no se apodere de mí.

—Cinco minutos, y ya estaremos allí.

—¡Oki! —deja otro beso, y finalmente se detiene. Parece más interesada en otra cosa, y muy pronto descubro qué es. Me toma de la mano, entrelazando los dedos (es curioso, su mano es pequeña en comparación a la mía, además de que es más suave y sus dedos son ligeramente regordetes), mientras tararea. Es como la alegría en persona, y espero lograr contagiarme con su entusiasmo también.

Mi beagle sigue caminando como si nada, desbordando ternura, amor y brillitos, mientras la miro disimuladamente. Por primera vez desde que la conozco, la observo y me percato de su ternura, su hermosura y su inocencia. Es tan bonita.

—¿Chaewon? —pronuncian mis labios, aunque no sé qué estoy tratando de decirle. Creo que sólo quiero escuchar su voz, para sentirme a salvo.

—¿Sí, Minjunnie? —siento una opresión en el pecho, como un par de garras que me aprietan el corazón, pero apenas escucho que Chaewon me habla, con su tono meloso de siempre, me siento mejor.

—Nada, solo quería escucharte.

—Te quiero —suelta ella de improviso, apretándome la mano y dejando un beso en ella.

Antes, hace un par de horas, probablemente me hubiera molestado muchísimo por eso.
Pero estoy dispuesta a mejorar, y Chaewon es la única que me hace sentir viva, aunque sea por un segundo. Normalmente estoy fría, con un sentimiento de desesperanza atado a los pies, pero cuando veo esa sonrisa, esa dulce carita y esos ojos (especialmente sus ojos), por un momento logro darme cuenta cómo ella me ve. Como la persona más importante, más hermosa, más capaz, más todo. Y siento la determinación de convertirme en esa persona que Chaewonnie ve.

¿Será que comienzo a quererla, como me decía Hitomi? Tal parece ser que sí.


¡Hola a todes! Sí, es mi primera nota del autor en el fic, por un motivo en especial

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¡Hola a todes! Sí, es mi primera nota del autor en el fic, por un motivo en especial.
Quizás este capítulo no es tan soft como los otros, y más bien tiene un sabor agridulce, porque trato un tema más profundo y algo complicado, como es la depresión. Quería incluir este tema porque es importante para mí (ya que llevo casi tres años lidiando contra mis propios demonios), y por tanto es una experiencia que conozco bien y que sé cómo se siente, y quería transmitirles un poco de mí misma, pero encarnado en mi Minju.

Tiene relación con que muchos de ustedes han visto a Minju como una persona muy fría o incluso algo mala durante el transcurso del fic, pero toda su personalidad desemboca en el trasfondo que le dí. Padecer depresión tiene muchos efectos adversos en todos los ámbitos de la vida, y quise representar algunos de los síntomas que yo misma pasé (irritabilidad, pérdida de la expresión emocional, retraimiento social, sentimiento de vacío) en mi personaje. Pero no todo es malo, y la idea es que como yo, Minju sea capaz de salir del oscuro foso en el que está, con la ayuda de Chaewon.
(Con un poquito mucho de fluff y cursilerías de por medio).

Sin mucho más que decir sobre ello, quisiera agradecerles por los votos, los comentarios y el cariño que le han dado a la historia. Significa mucho para mí. 💕

🍼 夢  cómo cuidar a una híbrida, sin morir en el intento ⋆ iz*one fanfic ! !Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin