—Yo… jamás quise hacerte daño. Ni a ti, ni a Shawn. Mi plan no era enamorarme de ti, solo quería ayudar a mi mejor amigo. Pero después te conocí… hablamos, cenamos juntas e hicimos el amor y me di cuenta de lo maravillosa que eres. Y sí, es cierto que me asustó lo que sentí, me asustaron mucho las ganas que tuve de pasar tiempo contigo y de conocerte aún más. Y también es verdad que sigo teniendo miedo, pero ya no de lo que puedo sentir por ti, si no de no ser la persona que tú esperas y mereces que sea. No sé lo que sientes por mí, pero estoy segura de que algo debes de sentir, si no ahora no estaría aquí contigo diciéndote que estoy enamorada de ti y que sería capaz de volar si me lo pidieras. Quizá no soy tu alma gemela, quizá no soy la persona que el destino te tiene preparada, pero… quiero intentar convertirme en ella. Solo tienes que dejarme intentarlo.

Para cuando terminé de hablar las mejillas de Camila estaban mojadas por las lágrimas que había derramado durante mi discurso, y no supe si aquello era una buena señal o no. Para mi sorpresa, se dio la vuelta y entró en su habitación para salir a continuación con un trozo de papel y un bolígrafo en la mano. Dándome la espalda, se apoyó en la mesa y empezó a escribir algo en ese papel. Sin decirme nada, volvió a darse la vuelta y me lo tendió en silencio. Supuse que lo que quería era que lo leyera, por lo que lo tomé y, mirándola una última vez, leí las tres simples palabras que había escrito:

"She loves you".


Lo único que pude hacer fue sonreír cerrando los ojos, y después solté el papel de golpe y abrí los brazos para recibir a Camila, que se abrazó a mí con tanta fuerza que me hizo trastabillar hacia atrás. Rodeé su cintura con mis brazos y la pegué a mi cuerpo, notando sus manos en mi cabello y sus lágrimas mojando mi rooa. Estaba tan feliz… Al final todo había merecido la pena. Le acaricié la espalda con suavidad sin dejar de abrazarla y hundí mi rostro en su cuello, contenta de poder hacerlo, llenándome de ella y de su perfume.

La sentía llorar contra mí con fuerza, por lo que alcé la cabeza y, separándola levemente de mi cuerpo la obligué a mirarme. Tenía la cara roja y de sus ojos caían lágrimas sin parar.

— ¿Por qué lloras? Creía que te había hecho feliz —le dije intentando secar su rostro con mis dedos.

—Y lo has hecho. Pero… me quieres de verdad.

—Sí, de verdad.

—Me he pasado los últimos días intentando convencerme a mí misma de que jamás podrías hacerlo, de que para ti solo había sido una diversión pasajera.

—Nunca lo fuiste. Y eso fue lo que me asustó al principio.

Ella respiró hondo y después volvió a abrazarme, apoyando su mejilla en mi hombro.

—Yo también te quiero —me confesó, y el escucharlo de sus propios labios hizo que me latiera muy deprisa el corazón—. Y espero poder demostrártelo algún día como tú me lo has demostrado con tus notas.

—Ya sé que me quieres, y con que te quedes a mi lado tengo más que suficiente —Ella solo sonrió y me abrazó con más fuerza todavía—. Hablando de las notas, ¿te gustaron?

Se separó de mí y, dándome la mano, me llevó hasta el sofá, pidiéndome que me sentara a su lado.

—Me encantaron. Admito que cuando leí el mensaje que me enviaste con la letra de la canción de George Harrison me enfadé tanto que estuve a punto de llamarte para decirte que me dejaras en paz. Luego, cuando Sophie me dio la nota en el café, empecé a notar que flaqueaba… Que si te veía sería capaz de creerte y no quería hacerlo. Al día siguiente me llegaron las rosas y comencé a darme cuenta de que si no sintieras algo por mí no te estarías esforzando tanto y… Cuando he visto que George llevaba una nota no sabía qué pensar. Al leerla me he puesto a llorar y lo único que quería era bajar corriendo para abrazarte. Pero necesitábamos hablar de esto, Lauren. Y te quiero, pero ahora soy yo la que tiene miedo —admitió jugueteando con nuestras manos unidas.

Something (Adaptación Camren) Where stories live. Discover now