—Ya está. —No puedo verlo. Es una figura borrosa. Maldición—. ¿Qué te parece si hacemos esto aun más divertido? Te daré una ventaja de dos minutos para... «huir» o algo así. El reloj corre justo ahora.

Me disgusta estar a su merced. Debo hacer algo al respecto, pero necesito pensar bien primero. Tengo dos minutos.

—¿No vas a moverte de ahí? Un minuto. Vamos, aunque sea levántate de la silla.

Si mi visión no me falla... tiene la navaja guardada y las gafas en la mano.

Me pongo de pie y, acto seguido, me lanzo sobre él y arrojo un golpe certero a su rostro. Ambos caemos al suelo mientras se queja. Escucho a las gafas caer en algún lado. Forcejamos y me golpea en el rostro, pero contraataco dejándolo aturdido y aprovecho para buscar mis gafas. Vislumbro una mancha negra en un rincón y, eureka, son ellas. Las tomo rápidamente y volteo a ver a Jack, quien hurga en su saco y extrae un arma de él. No lo pienso y corro rápidamente para ocultarme en alguno de los pasillos.

—¡Estoy impresionado, Steven Richards! —lo escucho gracias al eco mientras subo escaleras. No encuentro salidas por ningún lado—. ¡Pero ya me hiciste enfadar, así que no tendré compasión! ¡No quería sacar mi arma! Pero me abligaste a hacerlo... ¡Esto se ha convertido en el juego del gato y el ratón! Me encanta. ¡Oh, acabo de notar que ensuciaste mi traje! ¡ESTÁS MUERTO!

Es la primera vez en mi vida que experimento esta clase de miedo y adrenalina. Ni siquiera cuando estaba en la universidad sentí tanto pánico. Seguramente porque valoro sólo un poco más la vida al tener a Norman y Barry.

Decido escabullirme al escuchar sus pasos. Sólo debo preocuparme por hallar escondites mientras pienso qué hacer. Probaré dialogando, aunque dudo que sirva de algo. Pero debo moverme constantemente para no delatar mi paradero. Me alegra que este lugar sea enorme y esté lleno de basura.

—¿Por qué estás tan decidido a matarme? —digo en voz alta, esperando que me escuche gracias al eco mientras doblo en un pasillo.

—Mataste a nuestro padre —responde de igual manera.

—¡No lo maté!

—Como te lo dije antes, fue fácil para mí culparte de todo. Trato de desahogar mis frustraciones contigo; de algún modo, pienso que eso me hará sentir mejor.

—¿Y si no es así? ¿Y si te sientes igual de vacío?

—Tal vez asesine a más personas; ya sabes, como pasatiempo o algo así. Te dije que cada uno tiene distintas motivaciones.

Su respuesta provoca que mi estómago se revuelva.

—¿Crees que convertirte en un asesino serial llenaría el vacío?

—¿Esto es una especie de terapia, Steve? Déjame eso a mí. No me agrada hablar de mí mismo.

—Trato de hacer que no me mates.

—No creo que funcione.

—También trato de amenizar el rato mientras me encuentras.

—Te lo agradezco.

—¿Por qué crees que papá haya tomado la decisión de dejarlos para estar con otra? —pregunto bajando escaleras.

—Pregúntaselo cuando lo veas.

—Lo digo en serio. ¿No crees que fue cruel de su parte? ¿Por qué seguías encariñado del tipo que los abandonó?

—Mi madre estaba loca. Era ebria, desaliñada, posesiva y celosa. Peleaban todo el tiempo. No lo culpo por querer irse.

—¿Por qué no te llevó contigo?

—Ella no se lo permitió.

—¡¿Acabas de escucharte?! ¡Entonces nunca te lo arrebaté, fue tu propia madre!

Guarda silencio un breve momento.

—Pero ella no lo mató.

—¡Basta con eso!

—No sé por qué no lo aceptas y ya.

—¡Era un niño!

—¿Y qué? ¿Por ese hecho eres libre de culpa?

Dialogar con él es imposible.

—¡Te tengo! —soslayo su figura en lo alto y corro mientras dispara. Me oculto tras una enorme caja de metal. Una bala rozó mi brazo.

—Ahora no tienes adonde huir. Tendrás que salir de allí en algún momento y aprovecharé para incrustarte un par de balas en el pecho.

—Tendrás que bajar primero.

—Eso no será problema. Puedo apuntarte desde aquí mientras bajo y me acerco más y más. Se te acabaron los trucos, ¿no?

—No. Tengo algo en mente. Esto lo aprendí en un anime. Es una técnica que pertenece a un hombre que ha derrotado a dioses. La técnica secreta de Joseph Joestar.

—¿De qué hablas? —ríe—. ¿Vas a hacer una genkidama o algo así?

—Ignorante. Hablo de una técnica que pertenece a un linaje poderoso.

—¿Estás hablando en serio? ¿Qué puedes hacer ahora, aprendido en un anime, que salve tu vida?

—¡Huir!

Sin pensarlo corro lo más rápido que puedo mientras llueve una ráfaga de balas. Una me da en el hombro izquierdo, pero logro adentrarme a un pasillo para seguir ocultándome. Eso estuvo demasiado cerca. Gracias, JoJo's.

Debo pensar algo ya.

—¡INFELIZ! ¡No puedo creer que tu mierda haya funcionado! ¡Pero te encontraré! ¡Alguna debió darte! ¡Sólo debo seguir la sangre!

Es la primera vez que recibo un disparo. Duele muchísimo. Similar al ardor que sentí cuando fui marcado. Es tan intenso que mis ojos brillan. No puedo hacer mucho ruido ahora. No tengo fuerzas necesarias para seguir huyendo. Apenas puedo mover el brazo y estoy lleno de sangre.

Debo usar las piernas. Como Jin en The God of Highschool. O Spike en Cowboy Bebop. Agilidad, rapidez y fuerza.

Si me lo propongo, puedo pensar en una buena estrategia para desarmarlo.

ABULIAOnde histórias criam vida. Descubra agora