Corsé

1.4K 168 14
                                    

Era sábado y el día estaba completamente despejado, la primavera estaba comenzando y con eso las temperaturas comenzaron a subir poco a poco. Tadashi estaba nervioso mientras sacaba cada prende de vestir de su mueble y lo tiraba a la cama o cualquier lugar del cuarto, no hace mucho su mejor amigo le había enviado un mensaje preguntado si quería acompañarlo al cine, cosa que el pecoso acepto de inmediato, quería pensar que era casi como una cita improvisada o era una idea que tenia en mente desde hace tiempo pero nunca tuvo las agallas de preguntarle antes, simplemente quería pensar que era un salida pero no como amigos.

Encontró una camisa blanca que hacia juego con unos pantalones negros, lamentablemente, la camisa le quedaba extremadamente grande, de seguro algún regalo de cumpleaños de algún familiar que no sabia que mas regalarle y que además no sabia con exactitud su talla. Salió deprisa de su cuarto en busca de su madre, pidiendo que ella lo ayudara con la prenda blanca.

— ¿Mamá? — llamaba el pecoso mientras bajaba las escaleras con cuidado para no caer, se guío por el sonido de la tetera y el sonido de los platos al chocar cuando eran lavados.

— ¿Si cariño? — su madre detiene toda actividad para poder ver a su hijo con pantalones negros y una camisa sin abotonar que se notaba desde lejos que era demasiado grande para el cuerpo del chico.

— ¿Me ayudas con la camisa? Es lo mejor que tengo pero me queda grande — dice Tadashi con un pequeño puchero.

Su madre ríe ante la adorable vista — Podrías ocuparlo como pijama.

— Mamá, lo necesito para ahora — dice en un pequeño berrinche causando otro par de carcajadas de su progenitora.

— ¿Y si utilizas un corsé? Un cinturón de corsé color negro, combinaría perfectamente — dice Aiko a su adorable hijo mientras paso por su lado, — sería mas fácil eso que coser o buscar otra cosa para que quede a tu medida.

El pecoso solo responde con un pequeño "si" para comenzar a seguir a su madre, entrando a la habitación de esta para dar por fin en la búsqueda del objetivo, Tadashi no se podía imaginar ocupando un corsé pero era mejor que nada y por supuesto que prefería verse bien que verse como una tienda de acampar.

Su madre saco una pequeña caja de zapatos que al abrirlo estaban todo tipo de corsé y de distintos colores.

— Tienes muchos — comenta algo sorprendido.

— El cuerpo de una mujer no queda igual después de tener hijos, cariño. Por eso tengo muchos y también porque son muy cómodos después de que te acostumbras.

Su madre acomodó el corsé en su cintura, la sonrisa en la mujer era de alegría y pensamientos positivos del como se veía su hijo pero lo que dañaba el atuendo era que la camisa cubría por completo las manos de su hijo y el largo era hasta cubrirle un poco más abajo del trasero, casi podía pasar por un vestido. La mujer busco entre sus cosas una aguja e hilo, haría una basta lo mas rápido posible para que su hijo se fuera tranquilo y con tiempo.

—Cariño, dame tu camisa y puedes ver como va el almuerzo — dice Aiko, sentada en su cama lista para cocer.

—Claro.

Ya un poco más tranquilo, Tadashi va terminando algunas cosas que su madre no pudo continuar por ayudarlo, terminó de lavar los trastes y de preparar el almuerzo, miró la hora y quedaba un poco menos de una hora; mientras esperaba comenzó a ordenar su cuarto.

Cuando quedaban quince minutos y los nervios invadían su cuerpo, su madre entró tan calmada como si fuera una pequeña burla a su situación, se puso la camisa con rapidez y pudo ver que le quedaba casi perfecta, su madre le ayudó a ponerse el Corsé para por fin verse en el espejo.

—Te ves muy guapo — dice su madre con orgullo, después de todo, su hijo siempre a sido guapo solo que él nunca se ha visto de esa manera. — Incluso vestido así pareces una celebridad.

Con este último comentario hace que las mejillas del más joven se conviertan en un adorable rosado haciendo resaltar la infinidad de pecas en su rostro.

—Mamá, por favor... No digas esas cosas tan vergonzosas — Tadashi cubre su rostro con vergüenza pero eso a la vez hace que su forma de mirarse normalmente cambiara, realmente se sentía guapo.

El Corsé hace realmente diferencia y Yamaguchi estaba decidido en seguir ocupándolo por el resto de su vida.

Kei esperaba en sentado en una banca mientras ignoraba a todos a su alrededor y esperando a su pecoso amigo, cuando escucha su nombre a lo lejos y por la voz sabia que era su mejor amigo, comienza a buscarlo con la miraba hasta que lo ve tratando hacia su dirección y por la forma que venía vestido hizo que sus latidos aumentarán de una forma sorprendente.

《Estoy enamorado del chico más perfecto del mundo》 es lo que piensa mientras se levanta de su lugar y camina sin prisa donde su amigo se detuvo en busca de descanso, para ir de una vez al cine.



Extra:

Quedaban unas cuantas cuadras para llegar al cine y esperaban que cambiara de rojo a verde el semáforo, hablando o comentando algunas cosas que sucedieron en la semana. Pero como muchos días en primavera, la lluvia siempre aparecía en momentos inesperados pero este no era el caso, había llovido hace dos días atrás y quedaban algunos que otros charcos por las calles y casi cerca donde estaban ambos chicos había uno bastante grande.

Inesperado fue cuando un auto iba más rápido que el resto que pasaban a una velocidad normal y demasiado cerca de donde estaba el agua acumulada, Tadashi fue el primero en darse cuenta de esto por lo tanto se escondió con rapidez detrás de Kei, no quería manchar la ropa que tanto le había costado escoger; el rubio desconcertado por la actitud de su amigo, voltea casi interrogándolo con la mirada mientras veía como se cubría con su cuerpo y antes de poder preguntar, sintió húmeda su espalda y como pequeñas gotas caían de su cabello, y el pequeño "ups" por parte de su amigo.

La salida al cine fue cancelada y planeada para otro fin de semana. Después de eso, caminaron devuelta a la casa del rubio para que pudiera cambiarse y para que no enfermera, junto al sonido de sus pasos se escuchaba al pecoso disculpándose entre pequeñas risas involuntarias y unos suspiros llenos de frustración por parte del más alto.

Y que más se puede decir, la madre del rubio le dio un ataque de risa al ver a su hijo tan temprano en casa y todo mojado acompañado por un pecoso entre arrepentido y conteniendo con mucho esfuerzo las carcajadas. 


✿ ------------------------ ✿ ----------------------- ✿

Espero que les guste.

Muchas gracias por leer y esperen la próxima actualización.

Ropa // TsukkiyamaWhere stories live. Discover now