Pero adivinen ¿Quién adivinó bien la casa? o más bien ¿A quién vi haciendo yoga?

Tenía una suerte fenomenal hoy. Por favor, noten el sarcasmo.

Bajé de mi auto rumbo a su casa, pase por su gran patio de pasto por un caminito de piedras hasta llegar a la puerta, toque dos veces y no tardaron en abrirme.

— ¡Dulce! —Gritó emocionada Brooklyn quien a los segundos se abalanzó sobre mí para darme un abrazo — ¿Vienes por una sesión de yoga?

Reí nerviosa ante su ofrecimiento.

—Mi compañero es muy irritante —bromeó ella.

Reí una vez más y me adentre un poco en su bella casa.

A penas di un paso dentro, mi mirada viajó a la sala donde se encontraba un agotado y sudado Samuel, entonces él era su compañero.

Debía admitir que se veía gracioso, como si hubiera corrido un maratón.

—Ni se te ocurra reír —amenazó Samuel con una mirada fría.

Tragué saliva y me dirigí esta vez a los dos.

—Cambia ese tono —lo fulminó con la mirada Brook para luego mirarme con una sonrisa —No creo que hayas venido a mi casa por una sesión de yoga ¿O sí?

—No...—admití sincera —En realidad, quería preguntarles algo.

— ¿Qué es lo que quieres saber?

—Quería preguntarles por Damon —un suspiro se escapó de mis labios al pronunciar su nombre —No sé nada de él desde hace días y me preocupa que no atienda ni siquiera el celular, quería saber si ustedes...

— ¿Sabemos algo de él? —terminó Sam por mí.

— ¿Es así? —pregunté esperanzada.

Sam pareció pensarse su respuesta pero no por mucho ya que con los brazos cruzados, se negó.

—Él está bien, no te preocupes.

— ¿Sabes dónde está?

—No, pero se cómo esta. —se encogió de hombros.

—Damon suele hacer eso —habló esta vez Brook. —Desaparecer por unos días, en realidad, creo que ya se le está haciendo costumbre, creo que es una forma de liberarse de la tensión, no lo sé, él es muy impredecible.

— ¿Me estás diciendo que siempre hace esto? —Pregunté incrédula — ¿Desaparecer como si nada?

—Sí, suele hacerlo, se desaparece pero...

— ¿Pero?

—No por una semana, ni dos, la última vez que se fue, despareció por...

— ¿Por? —insistí irritada.

Sam avanzó en nuestra dirección y con voz directa soltó la respuesta.

—Años.

— ¿Qué?

—Damon la última vez se desapareció por dos años.

El impacto de su respuesta me hizo retroceder, quitándome el aliento.

¿Cómo que Damon se desaparecía por años? Esto era una locura, él no podía irse, no podía abandonarme pero ¿Qué le impedía no hacerlo?

Nada.

—No deberías preocuparte —Brook puso sus manos sobre mis hombros, tratando de alentarme —Él siempre regresa, tarde pero lo hace y no es porque sea su amiga pero ese chico sabe cuidarse muy bien, regresará a salvo, no te preocupes.

Prohibido Enamorarse de Dulce ©जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें