Capitulo 17| Impulsos

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Gire mi cabeza como el exorcista, deseando no ver a la persona que imaginaba pero ahí estaba, con una carita de Ángel, como si no hubiese matado ninguna mosca y no me hubiese delatado un día antes.

Su cabello salvaje, unos pantalones oscuros, un polo holgado y su chaqueta lo hacían ver atractivo y fresco, todo combinaba y no, Damon no era el chico que vestía solamente de negro, él sabía combinar los colores muy bien.

Maldito creído.

— ¿Qué haces aquí? —preguntó mi primo sorprendido.

Me había robado las palabras de la boca lo cual agradecía, no quería volver a hablar con Damon después de lo de ayer, primero debía pedirme disculpas de rodillas, ja.

—Yo lo llamé —habló mi padre quien no tardó en tener mi mirada asesina encima — Hoy saldré, tengo unos asuntos fuera por lo que no quise dejarlos solos, además quería asegurarme que Dulce cumpliera con su castigo pero no se preocupen, volveré, regresare mañana por la mañana así que dejo a cargo a Damon.

— ¿Es necesario? —volvió a preguntar Darren.

Dios, cuanto amaba a mi primo.

—Claro que es necesario —declaró mi padre. —Dulce debe cumplir con su castigo por su imprudencia.

Quise remedar sus palabras pero terminé por morderme la lengua, de ese modo, solo me ganaría más problemas y ahora solo estaba cansado de ellos.

—Tío —insistió mi querido primito —Te aseguro que si dejas a Damon a cargo, vas a encontrar la casa echa tiras y posiblemente tu niñero no viva para contarlo.

— ¿Yo? —Damon sonrió confiado —Soy el mejor niñero del mundo, confía en mí, Arthur.

—Tío...—Darren miró a mi padre y luego pasó la mirada a mí — ¿Acaso no conoces a Dulce? Va a asesinar a Damon, además podemos quedarnos con Julie.

Papá le dio una rápida mirada a Julie, ella se encogió de hombros, para darle una fugaz mirada a Damon y negarse.

—Hoy tengo que hacer muchas compras para la casa, estaré prácticamente fuera todo el día.

Oh

Dios

Mío

Él demonio había hipnotizado a todos.

Miré con molestia a Damon, el pareció notar que alguien lo asesinaba con la mirada ya que no tardó en poner su atención sobre mí para sonreírme, al ver que no le devolví ningún gesto, su cara fue todo un dilema.

Toma, maldito.

—Bueno está decidido, por favor, tratemos de olvidar el evento de ayer —opinó papa poniéndose de pie —Ahora me tengo que ir, Damon —miró con confianza a mí no amigo —Dulce no puede salir hasta que yo regrese.

Dicho eso Papá tomó el saco de su esmoquin y salió de la casa. La puerta sonó al cerrarse y así fue que confirme que lo que había dicho fue totalmente real, Damon se acercó más en mi dirección y me sonrió con malicia.

—Dulzura...

Y antes que pudiera decir otra cosa, me puse de pie y deje mi vaso sobre la mesa provocando un sonido fuerte, capaz de callar al demonio.

—Terminé —mencioné refiriéndome al desayuno —Gracias, Julie, estaré en mi habitación por si necesitas algo.

Ella me vio confundida, luego miró a Damon como esperando algo de él pero no hizo nada. Marcando mi espacio personal, preferí darle una vuelta entera al comedor antes que pasar por su lado.

Prohibido Enamorarse de Dulce ©Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu