Una comadreja enamorada

Una comadreja enamorada I

Era ridículo. Hermione se había vuelto loca, tanto estudiar al fin termino por quemar su cerebro, volviéndolo más negro que el carbón. Él, Ron Weasley, ¡¿Enamorado?! Ni hablar —. Las chicas están locas. Solo debo estar enfermo del estómago o son la nauseas que me provoca su cara.

Ron se encontraba vagando por los pasillos de Hogwarts, enfurruñado, murmurando y despotricando a la sangrienta revista Corazón de Bruja. Debió saber que comentarle a Mione sobre sus malestares solo terminaría en algo romántico, así son las chicas después de todo, ven el romanticismo en todos lados.

Se detuvo en seco, miro a todos lados asegurándose de estar solo, cuando estuvo seguro grito fuertemente —. ¡¡A mi no me gusta el oxigenado de Malfoy!!

Todo comenzó a inicios de clases o tal vez en el momento que Herms le soltó un derechazo en la nariz a Malfoy; la verdad no le importaba mucho el 'cuando', solo sabía que eso le había molestado. El chico se lo merecía, claro que se lo merecía con creses, pero... aun así sintió un peso en su estómago y un enojo con ella por romperle la nariz, cosa que no demostró.

Luego estaba ese incidente en clase de pociones. ¡Oh! El bendito accidente en pociones. Por alguna razón que no sabía las clases iniciaron de forma fantástica, sin problemas, sin un loco detrás de la cabeza de Harry, sin Mione dándoles la chapa con los exámenes y, sobre todo, el molesto de Malfoy no se les había acercado. Cosa que le extraño, pero igual le restó importancia en su momento.

La cuestión era, que comenzó a noto un comportamiento distinto en el rubio, una completa indiferente no solo con ellos, también con sus propios amigos. Parecía que Pansy y Draco habían tenido alguna clase de discusión, y Nott como todo un caballero o 'arrastrado' estuvo del lado de la chica, dejando al rubio a su suerte.

Esto despertó la curiosidad de muchos y permitió que otros miembros de la casa de las serpientes se acercara al chico inmediatamente, incluso Blaise se acercó y se quedó con él; el mismo Blaise que le grito en medio del patio "Deja de comportarte como niñita malcriada y madura Malfoy". Ron veía mal la nueva amistad entre los dos y se encontró así mismo mirándolos todo el maldito tiempo que le fuera posible. Sus malestares comenzaron.

Fue el día siguiente de la discusión con sus amigos sobre el nuevo y extraño comportamiento de Malfoy, que su paciencia estaba por los suelos. No estaba obsesionado, solo que algo no cuadraba, algo no le gustaba.

—Hoy iniciaremos con el segundo apartado de su temario. Dado el evento que se realizara tendremos que adelantar nuestros temas —Delante de ellos el profesor Snape o el murciélago grasiento como él le decía, reprimía sin éxito su enojo por el cambia a última hora—. La poción por elaborar es una de las mas difíciles, no solo por sus ingredientes altamente volátiles —enfatizo el hombre, dedicando una mirada de advertencia a cada uno antes de continuar— también por ser considerada uno de los venenos más corrosivos así que, ni se les ocurra comportarse como los salvajes animales que son al menos que deseen perder una extremidad o matar a todos en este salón.

La primera hora paso de lo más tranquila. Ron cortaba las ventosas de un pulpo de lava, gruñendo de vez en vez cuando estas se salían de la tabla metálica comenzando a derretir la mesa de trabajo, la piel de dragón era muy resistente pero muy incómoda para un par de guantes.

Las cosas se tornaron oscuras cuando accidentalmente Nevil dejo caer una de las púas de erizo en la poción aun caliente. Ambos chicos se miraron asustados y rápidamente despejaron el área aledaña a la poción ya que esta comenzaba a burbujear, para su desgracia, el no avisar al profesor inmediatamente esta se derramo un poco avivando el fuego.

Lo que pasó después sucedió tan rápido qué Ron sólo fue capaz de sentir el empujón que lo alejó de la explosión para después escuchar un grito de dolor, en un principio pensó que se trataba de Nevil quien lo alejo. Para su sorpresa quien se encontraba ahí era Malfoy, agachado tomado fuertemente su brazo ensangrentado y su compañero sostenido de su camisa por un Harry igual de sorprendido.