Imagínate que odias a un chico de tus años de colegio.
Después, imagínate que ambos toman caminos separados.
Ahora imagínate que después de tu divorcio... te enamoras de él.
-En edición-
Imagínate que odias a un chico de tus años de colegio.
Después, imagínate que ambos toman caminos separados.
Ahora imagínate que después de tu divorcio... te enamoras de él.
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