Capítulo 23

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Cuando desperté al otro día, no había ningún indicio de que James estuviera o hubiera estado despierto, todo seguía igual que antes. Así que decidí levantarme y, antes de salir, tomé el carcaj con una de las pocas flechas que me quedaron y el arco, entonces me dirigí al bosque.

Llegué hasta el lugar donde había tenido uno de mis últimos entrenamientos juntos a James, donde había practicado tiro al arco, cerca de allí estaba la cascada, así que lo primero que hice fue mirarme en el reflejo. La chica que el agua cristalina me devolvía no se parecía en nada a mí, a pesar de haber dormido, tenía ojeras profundas y estaba más pálida que lo normal, las heridas que el día anterior Fanny me había curado, ya habían desaparecido y sólo quedaban unas pequeñas líneas rosadas, y los moretones del cuello aún eran visibles aunque no tanto como antes.

Lavé mi rostro y manos, y entonces me dispuse a tirar las flechas.

Los primeros tres intentos fueros fallidos, el primero había pasado a unos cinco centímetros del árbol. Si James hubiera estado allí conmigo, hubiera hecho algún tipo de broma que me hiciera enojar.

El segundo tiro, pegó el árbol, y el tercero casi dio en el blanco aunque no fue exacto.

Busqué las flechas y volví a tirar. En el primer intento di en el blanco.

- Guau, ¿estuviste practicando? - Desvié mi mirada rápidamente y vi a James apoyado contra un árbol, a pesar de su aspecto cansado, tenía una sonrisa en su rostro.

No pude evitar sino sonreír de vuelta y correr hasta rodearlo con mis brazos, hizo un gemido de dolor, haciendo que me alejara rápidamente.

- ¿Qué haces aquí? Deberías estar en cama - James rió.

- No empieces, ya tuve que soportar a mi madre. Además, quería verte - acunó mi rostro en sus manso y me besó. Había esperado este momento con mucha ansiedad.

- Pero... ¿Cómo? - Pregunté en cuanto nos separamos.

- Creo que dormir contigo me hizo bien - dijo pícaramente, tenía ganas de empujarlo y zarandearlo.

- ¿Estuviste despierto todo este tiempo? - Las palabras salieron antes de poder pensarlas.

- No, es decir, estaba consciente, sólo que no tenía las fuerzas suficientes para despertarme... Ese beso estuvo genial - sentí cómo mis mejillas se incendiaban. Me tomó de la nuca, riendo, y me atrajo hacia él, para abrazarme -. Sabes que quisiera estar así para siempre - susurró -, pero creo que ya es tiempo...

- ¿Para qué? - Pregunté mirándole a los ojos, ¿iba a pedirme que me fuera? ¿Ahora que se había recuperado?

- Para que vuelva a tu casa, con tus amigos y familia.

- ¿Por qué? Quiero estar contigo un rato más... - Susurré, los ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y los de James se cristalizaron, volvió a abrazarme.

- Lo sé, pero creo que si estamos un rato más juntos, jamás seremos lo suficientemente fuertes para dejar esto ir... - A pesar de que la decisión había sido demasiado abrupta, sabía que tenía razón. Cuanto más tiempo pasemos juntos, menos podríamos separarnos, lo mejor era hacerlo ahora, de una vez por todas.

- Está bien - sonreí. Tomé su mano y comencé a caminar.

Fuimos hasta la casa, donde James me había dicho que estaba la ropa con la que había llegado, el uniforme escolar. Estaba limpio, aunque arrugado, me lo puse sin decir nada, y, una vez lista, me encontré con James en la puerta.

- ¿Debemos esperar?

- Alison, ya está todo preparado, están todos en el lago de las sirenas - asentí. Esto estaba pasando demasiado rápido, ¿cómo pretendían que mi mente procesara todo?

Tomé su mano y comenzamos a caminar.

En el lugar estaban todas las sirenas que había conocido y compartido un tiempo con ellas, todas me miraban con una sonrisa en el rostro, a pesar de haber tenido nuestros malos entendidos, les había tomado cariño.

Me acerqué a ellas.

- Gracias por aquel día tan... raro, fue genial - dije sonriendo.

- Buena vida, Alison - saludó Belladona, sorprendiéndome. Sin embargo, no dije nada y me agaché hasta llegar a Soñador y Amorosa, Soñador estaba llorando.

- Desde el momento en que nos dijeron que te irías lleva llorando sin parar - dijo Amorosa. Sonreí a Soñador y lo abracé suavemente.

- No llores - dije.

- Gracias por todo, Alison - habló Soñador entre lágrimas.

- Gracias a ustedes - abracé a Amorosa.

- Alison, ten - dijo Amorosa entregándome una botellita con una poción dentro.

- ¿Qué es? - Pregunté mirando atentamente el líquido celeste.

- Para que te sanen las heridas, los moretones y los dolores - sonreí a Amorosa, aquello era algo genial.

- ¡Gracias! - Exclamé, esta vez abrazando a ambos.

Luego, me despedí de un par de personas que no conocía, todos me agradecían lo que había pasado en la guerra, aunque en realidad tendrían que agradecerles a Catherine y a Anna, ellas fueron las verdaderas heroínas. Aquello fue lo que les dije a todos en general, antes de despedirme de Catherine, y por último, de James.

- Cuida de Pegaso por mí - pedí en un susurró, tratando de sonreír.

- Y tu cuídate por mí - me devolvió la sonrisa, aunque ambos teníamos los ojos llorosos.

- Te extrañaré.

- Y yo a ti. - Suspiró.

- Volveré. - Una risita se escapó de sus labios y bajó la mirada.

- La magia no sirve en el mundo real.

- Puedes venir tú. - Negó con la cabeza y levantó la vista, clavando sus ojos en mí, las mejillas ya estaban mojadas, al igual que las mías.

- No... No es tan fácil... - Me encogí de hombros, tratando de mostrarme más fuerte de lo que en verdad era.

- Entonces... Supongo que esto es todo. - James asintió -. Gracias.

- ¿Por qué?

- Por quererme.

- Gracias a ti. - Sonreí y no pude evitar reír.

- Te quiero, James - dije mientras lo abrazaba.

- Te quiero, Alison. Nunca te olvidaré.

- Yo tampoco - me separé y lo besé -. Cuídate.

- Tú también.

Me separé y me di la vuelta, no quería separarme, quería quedarme junto a él, que viniera conmigo. Pero entendía que tenía una familia aquí, y James también entendía que tenía una familia en mi mundo, estábamos destinados a terminar separados, y el rencor hacia aquel hecho, no existía. Era lo que tenía que ser.

El portal estaba abierto, unas barras desparejas azules flotaban en el aire. Miré la poción que llevaba en mi mano y la tomé.

Miré a Catherine y le sonreí, luego a James y volví a sonreírle, ambos me devolvieron la sonrisa.

Y, sin mirar atrás, crucé el portal.

Fearless {TERMINADA}Where stories live. Discover now