Capítulo 22

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Después de haber dejado que la mujer, llamada Fanny, me curara la herida y me la vendara, tomé un plato de sopa que me habían preparado.

Cené sola. Catherine se encontraba fuera y Fanny cuidaba a James, todas las demás personas heridas habían sido trasladadas al castillo mientras que Catherine prometió que no se llevaría a James a cambio de que alguien se quedara junto a él, alguien que supiera cómo cuidarlo. Ahí fue cuando Fanny se ofreció. Todavía no había tenido el momento para agradecerle el hecho de que impidiera que se llevaran a James, pero aún así, sabía que Fanny estaba al tanto de lo agradecida que me sentía.

Cuando terminé de comer, salí.

Catherine estaba apoyada contra la pared de la casa, aplastando las florecillas, en otro momento le hubiera dicho que se moviera porque estaba arruinando la decoración de la casa, pero aquel no era la mejor situación para decir algo así, no quería molestarla porque sabía que debía de estar transitando un momento difícil, y yo no tenía ganas de hablar. Aún tenía un nudo en la garganta, y sentía que cuando apenas abriera la boca, las lágrimas comenzarían a caer.

Tenía muchísimas preguntas por hacer, pero las ganas para formularlas, me estaban faltando.

- Deberías descansar - dijo Catherine con un tono pausado mientras me sentaba en el césped y me ponía a jugar con éste -. Debes recuperar todas las energías.

Quería decirles que no necesitaba mis "energías", sino que sólo necesitaba a James despierto, bien y conmigo. Pero seguí sin hablar.

- ¿Cuándo te irás? - Preguntó. Supe que no quiso sonar mal, sino que solamente quería decir algo, estaba preocupada y nerviosa, y cualquier cosa que se le viniera a la mente se formularía en su boca.

- No lo sé - respondí en un susurro.

- ¿Esperarás a que James despierte? - Asentí, sin saber exactamente si Catherine me estaba mirando -. Despertará - afirmó. Sorprendiéndome con su tono de firmeza -, no dejaría que te fueras sin despedirse de ti - agregó, sonreí y mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, pestañeé para alejarlas.

- ¿Por qué? - Pregunté, sin referirme exactamente a lo que estaba hablando.

- No lo sé - contestó. No entendí si me había entendido.

- ¿Por qué tuvo que pasar todo esto?

- No lo sé. Nunca hubiera pensado que Holly sentía celos de Nancy, es decir, Nancy era famosa en todos los reinos y todos la amaban, y ella amaba a todos, también. Supongo que Holly siempre quiso eso, por eso metió a su hermana en esto, tal vez que Leigh hubiera trabajado para la familia mía no había sido sólo una coincidencia.

>> Recuerdo que cuando mi marido murió, y luego Nancy fue asesinada en la guerra, ella fue la voz del pueblo, quien nos dio fuerzas. Pero parece que todo fue una mentira. Que siempre pensó en apoderarse de todo.

- ¿Por qué matar a su hermana? - Casi pude sentir cómo se encogió de hombros.

- Supongo que se último momento decidió que ella quería ser la famosa.

- Mató a Anna porque iba a contarnos, ¿verdad?

- Sí, estoy segura de que fue por eso. Pero, la verdad es que tampoco puedo responderte todas las preguntas que seguramente debes de tener, porque yo no soy Holly, ni Leigh, ni siquiera Anna, no tengo poderes ni fui cercan a Holly o Leigh, no era parte de su grupo.

- ¿Qué sucederá con todas las personas que nos atacaron en el Bosque Oscuro?

- Nada. No podemos hacer nada. Nosotros estamos totalmente en contra con matar o hacer sufrir a alguien. Además, estoy segura de que no molestarán, todo esto fue obra de Holly... Ella les habrá prometido algo y por eso nos atacaron.

- Yo maté... Maté a dos personas - dije, pegué mis rodillas al cuerpo y me las abracé, tratando de que las manos me dejaran de temblar al recordar cómo había matado a aquellas personas y cómo quisieron matarme.

- Lo hiciste para defenderte - repuso Catherine.

- Lo sé, pero...

- Pero nada, ahora ve a descansar. - Clavé los ojos en ella -. Ve... - Insistió haciendo un movimiento con la cabeza, señalando la puerta.

Me levanté lentamente, ya que cuando hacía algún movimiento rápido todo volvía a darme vueltas.

- Adiós, Catherine. - Saludé abriendo la puerta.

- Hasta mañana, Alison. - Escuché decir cuando ya cerré la puerta detrás de mí. Inhalé y comencé a caminar escaleras arriba.

En cuanto llegué a la habitación de James, abrí la puerta y Fanny aún se encontraba ahí, al lado de James.

- ¿Está bien? - Pregunté.

- Sí, tiene un poco de fiebre - contestó con una sonrisa consoladora. Me acerqué a la cama, James ya no temblaba, pero aún así tenía la cara llena de sudor -. Deberías curarte esas heridas...

- Está cicatrizando.

- Pero lo están haciendo lento, déjame que te cure la herida del labio y la frente. Siéntate en la cama. - No tenía ganas de discutir, así que obedecí.

Fanny tomó una toallita húmeda y la colocó en mi labio, una sensación ya conocida de cosquilleo y un leve ardor me recorrió.

Luego se dirigió a la frente.

- ¿Te quedarás aquí? - Pregunté tratando de ignorar el ardor, que aunque era leve, seguía siendo molesto.

- Sí, pero estaré abajo, así que si quieres estar un tiempo con James, estarás tranquila - sonrió, sacó la toallita de mi frente y se paró. Yo miré a James -. Se recuperará - dijo Fanny desde la puerta -. Sé que dije que había pocas probabilidades de que se pusiera bien, pero claramente va mejorando... Se nota que tiene ganas de vivir - y con esto. Se fue.

Me saqué las botas, y me desabroché el abrigo que llevaba encima de la camisa, toda la ropa estaba destruida: sucia y rajada, pero no me importó. Me metí debajo de las sábanas, mirando a James, quien tenía una camisa blanca puesta, nueva, lo habían cambiado. Respiraba pausadamente pero el sudor era cara vez más intenso.

Pensé en que ya era libre, ya podía volver a mí casa, podía volver en cualquier momento, es más, podía levantarme ahí mismo y decirle a Catherine que me abriera un portal para ir a mi mundo. Había esperado este momento desde que llegué a aquel lugar, y lo había deseado a lo largo de mi estadía, pero ahora que había llegado el día en que podía estar con mi familia y amigos, no quería. Mi prioridad era que James se despertara, de alguna manera, me sentía culpable por aquello, y no debía dejarlo ahí, como si nada, como si nunca hubiera pasado nada entre nosotros.

Más allá del deber, sabía perfectamente que tampoco podía abandonarlo porque lo quería. Verlo así, me hacía sufrir, y no podía ni imaginar lo que sentiría si me iría. Ahora necesitaba que se recuperara, y luego pensaría en todo lo demás.

Crucé un brazo por su pecho, abrazándolo, acercándome a él lo suficiente como para que mi nariz casi tocara su rostro. Me acerqué un poco más y le besé los labios, deseé que en aquel momento me correspondiera, deseé que fuera como en los cuentos de hadas y se despertara de aquel sueño profundo. Sentí un leve movimiento.

Me alejé para comprobar que estuviera despertando, pero había sido una ilusión, seguía durmiendo.

Limpié el sudor de su rostro y volví a darle un corto beso.

Apoyé mi cabeza en su pecho, y cerré los ojos.

Fearless {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora