Capítulo 26:Mi Regalo De Navidad.

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Ultimamente, me siento insegura.

Al dar cualquier paso en cualquier dirección, al tomar una decisión o decir algo, no me siento cien por ciento segura de estar en ese lado o de pensar eso.

No se. Cosas raras.

Con mi depresión, por él (Eh decidido ya no pensar, ni decir su nombre), estoy leyendo bastante.

Con decir que acabe un libro en un día, claro, me dormí a las cuatro de la mañana, pero bueno.

Hoy es lunes, pero salimos de vacaciones de invierno. Tenemos planes para ir a la playa, a pasar navidad. La pregunta es ¿Tengo ganas de ir?.

No.

Si, lo se playa, el olor a arena, sal y mar. Las gaviotas y pelícanos luchando a muerte por comida, dando vueltas y vueltas como si estuvieran borrachos, las palmas, el sonido adormecedor de las olas reventando en la arena. Pero es él, el que me lo impide.

Es una completa mierda.

Me levanté y vi el reloj, eran las doce de la tarde, todavía tenía sueño, pero tome mi libro y seguí leyendo.

No pasaron ni cinco minutos cuando alguien abrió la puerta de mi habitación.

-Natalia, has tus maletas. -

Mi mamá estaba de pie con mucha ropa en sus brazos.

-Mamá, por favor, no quiero ir. -

-Es familia lejana, te quieren ver. -

Ufff a la mierda.

(Ando muy grosera, por cierto).

Tomé mi maleta de cuadros blancos con negros y comencé a meter cosas al azar. Blusas, trajes de baño, calzones, shorts etc...

Llevé mi celular con el cargador y el libro que estaba leyendo.

-¡Natalia ya nos vamos!. - William me gritaba desde las escaleras. Cerre mi maleta, jale la agarradera y vámonos.

Al llegar al auto mi papá estaba enojadisimo por qué ya no cabía nada en la cajuela, le gritaba a mi mamá y a mi hermano. Cuando me vio con mi valija, también me alzó la voz.

-¡Chingado, ya no cabe nada!. -

Decidí ignorarlo y me subí al asiento trasero. Después de unos cuarenta minutos, por fin se subió al auto, ya íbamos a arrancar. Pero William...

-¿Y mis audífonos?. -

Mmmm...

-William.. - Dice mi mamá con cierto tono desesperado.

-Tengo que bajar. -

-Espera, yo te doy los mios. - Se lo piensa dos veces.

La verdad es que yo traigo sus audífonos. Es que los suyos son tan cómodos, y los mios son tan... Mios.

-Bien. - Los agarra y se los coloca, papá arranca y nos vamos al mar.

Cuando William se queda dormido, sacó sus audífonos y me los pongo, escucho mi música durante el resto del camino.

Me quedé dormida pero me despertó el cambio de sonido de mi celular.

Desvíe la vista a la pantalla un poco aturdida, y vi una llamada de un número desconocido.

Decidí contestar.

-¿Si?. -

-Por favor no cuelgues, dejame explicarte mi comportamiento. -

El Sueño De La Vida...(*Editando*)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora