El Gigante y yo

Capítulo 5: La imaginación conlleva a la locura.

Lo vi saltar.
Estoy seguro de que lo vi saltar.
Cuando entré en la habitación para buscar ropa para ir a ducharme, vi a un pequeño trol vestido con un overol morado saltando sobre la cama, dio cuatro saltos sobre ella y luego, al verme, bajó de la cama sonriente y corrió hacia el armario, abrió la puerta y entró en él.
Corrí hacia la puerta, abrí para ver al pequeño trol, pero dentro del armario no había nada más que la ropa de Paris.
Ya está, debo hablar con mis padres.
— ¿ Estás seguro ? — Me preguntó mamá.
Asiento.
— Sí es cierto — dijo papá — te buscaremos ayuda.
Asiento nuevamente.
Fuimos a una clínica, cruzamos las puertas de entradas para después ir hacia el mostrador en donde se encontraba una mujer joven escribiendo en el ordenador.
La mujer dejó de escribir un momento después de vernos.
—Hola —nos saludó amablemente— ¿ en qué puedo ayudarlos?
— Hola — le respondió mamá— necesitamos ver a un sicólogo.
— Por el momento todos nuestros sicólogos están ocupados— Le dijo la joven a mamá.
— Esperen un momento para ver qué puedo hacer— Dijo la secretaria.
Toma el teléfono y marcó unos números.
— Disculpe doctora — dijo la secretaria— aquí tengo a una madre y a su hijo, quieren saber si pueden atenderlos.
— Está bien— Dijo la secretaria antes de colgar.
— La doctora Madison Grace los atenderá— dijo la secretaria— está en el consultorio número seis.
— Gracias — Le respondió mamá a la secretaria.
Comenzamos a caminar, tomamos en ascensor para poder llegar más rápido al segundo piso de la clínica, al llegar al segundo piso caminamos hacia el consultorio de la sicóloga Madison Grace.
Mamá toca a la puerta.
— Adelante— Dijo la sicóloga desde el otro lado de la puerta.
Mamá toma la perilla y la gira, abre la puerta y ambos entramos.
— Hola — Saluda mamá a la doctora Grace.
— Hola — responde la doctora— ¿ en qué puedo ayudarlos?
— Mi hijo tiene problemas— Le dijo mamá.
— ¿ Qué hace de problemas? — Le pregunta la sicóloga.
— Creo que es mejor que él le explique— Dijo mamá.
— Está bien— dijo la sicóloga— si usted desea puede esperar afuera.
— Te espero afuera — Me dijo mamá en un susurro.
— Sí quieres puedes ponerte cómodo—Me dijo la sicóloga mientras me mostraba con su mano el sofá color negro que está frente a la ventana.
Camino hacia el sofá y me acuesto en él.
La sicóloga se deslizó en su silla con ruedas hacia el sofá mientras sostenía en sus manos un cuaderno y un bolígrafo de tinta negra.
— Muy bien— me dijo— puedes contarme lo qué es lo que te pasa.
Tomé aire pesadamente, nunca pensé que estaría en un consultorio de siquiatría apunto de contar mis problemas emocionales.
— Cuando era niño— le dije— solía ver a un gigante salir del interior de mi armario.
— Y eso— dijo — ¿ te ha traído problemas?
— En las noches— le dije— siento que alguien me está vigilando desde el interior de mi armario.
— Cuando el gigante salió de tu armario— me dijo— ¿ sentiste miedo?
— Al principio— le dije— pero luego hablé con él y lo consideré mi amigo.
— El recuerdo del gigante está todavía dentro de tu cabeza— me dijo— mientras siga ahí, vas a tener la sensación de que alguien te está vigilando.
—Hoy en la mañana— le dije—me pareció ver a un trol saltando sobre mi cama y luego entró en mi armario.
— ¿ Sabes qué es un trol ?
— Mira— me dijo— eso que me dices, de que viste a un trol saltando sobre tu cama y que después entró en tu armario, eso es imaginación, y la imaginación conlleva a la locura.
— Te recomiendo que te distraigas un poco— me dijo— salgas a caminar, a toma aire fresco o has algún deporte.
— Y verás que pronto esa sensación de acoso desaparecerá y te sentirás mejor.
—Entonces buscaré algo que distraiga mi mente— Le dije.
— Hazlo — me dijo — y verás que te sentirás mejor.
— Está bien— le dije— lo haré.
Salí del consultorio de la sicóloga, mientras caminaba junto a mi madre las palabras de la sicóloga rondaban por mi cabeza.
‘ La imaginación conlleva a la locura’
Debo olvidarme del Gigante, debo hacerme a la idea de que el Gigante está en mi cabeza...