Capítulo 38: Los McCartney.

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(Maratón 1/3)

N/A: Este es un maratón de capítulos especiales narrados por otros personajes de la historia. ¡Disfruten!

Leo

Taladré a mi hija desde el otro lado de la sala, esperando que con ese gesto pudiera hacerla entrar en razón, pero ella continuó alzando la barbilla, sus ojos duros y decisivos.

Siempre creí que quienes decían que criar hijos era una de las actividades más difíciles de la vida eran sólo idiotas faltos de carácter, con una clara incapacidad para educarlos.

Pero no. Estaban en todo lo cierto y tenían toda la puta razón del mundo.

Fue muy idiota de mi parte pensar que mis hijos eran distintos a los demás, que los había educado bien, que serían capaces de discernir entre lo conveniente y lo inconveniente, joder, que podrían distinguir entre lo bueno y lo malo, pero no, claramente no.

Mi garganta aún estaba seca por responder a los alegatos de la histérica de Agnes y el cansancio se asentaba sobre mis hombros como una pesada y gruesa capa.

Las cosas con ambas familias no habían ido bien. Carajo, había sido un desastre y no sabía cómo limpiar la mierda que mi hija había regado por todo el lugar con su chistecito.

Despedir a los invitados y evadir sus insistentes preguntas con algo creíble y tajante había sido toda una hazaña. Ahora que Bastian se encargaba de entretener a los pocos que quedaban, era momento de exigir explicaciones.

—¿Es real?—inquirí ásperamente, con los brazos cruzados sobre el pecho.

—¿Qué cosa?

—El matrimonio, Leah. ¿Qué más va a ser?

Tensó la mandíbula con determinación, como yo solía hacer cuando estaba a punto de emitir una respuesta que no iba a gustarle a los demás.

—Muy real.

La llama de la ira se encendió en la base de mi estómago.

—¿Cuánto tiempo llevan casados?

—Casi seis meses.

Coloqué los dedos en el puente de la nariz y cerré los ojos para tratar de detener la jaqueca que me martilleaba la cabeza.

—¿Quién tiene el acta?—preguntó serena Alison a mi lado.

—La usamos par...

—¿Por qué lo hiciste?—la corté, estoico.

Me costaba horres asimilar que mi hija, precisamente mi hija hubiese caído ante los encantos baratos de un crío cagón, que además era producto de la zorra de Agnes.

—¿Es un acto de rebeldía?—tomé un paso más cerca de ella impulsado por el hastío.— ¿Estás haciendo esto para vengarte sobre algo?

—No.

—¿Entonces qué es? Porque no entiendo tu razonamiento ni tus motivos—Alison me tomó del brazo para detenerme a unos cuantos pasos de ella y lo hice apenas, la incredulidad peleando con la furia para ver quién se quedaba con el primer lugar en mi mente.

—Déjala hablar.

—Es que no entiendo porqué lo hizo—la señalé con la mano mirando a mi esposa y después a ella.—  No entiendo porqué estás con él.

—Porque lo quiero.

Solté una risa sin humor y me pasé la mano por el cabello para mantenerme colectado.

Irresistible Error. [+18] ✔(PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO)Where stories live. Discover now