Capítulo 3: Ya,ya.

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Roberto, nuestro protagonista, deambulaba de un lado a otro por la zona de la bahía, pensando en sus cosas, agobiado por los problemas que tenía que hacer frente en su futuro inmediato.
No era un buen dia para Roberto pero aunque él no lo supiera, la cosa iba a cambiar pronto. Para bien claro está.

De repente mientras pensaba en cuántos metros podría correr sin cansarse y cuántos necesitaría para ser atleta olímpico una llamada irrumpió sus ideas.

–¡Roberto!– Una voz amable y comprensiva sonó al otro lado de la línea.

–Si, soy yo. Soy yo– Se apresuró a responder Roberto, el cual ya estaba en tensión. Nadie le llamaba nunca y una llamada solía significar algo importante.

–Hola, ¿Que tal?, te llamo desde el centro de ayuda al ciudadano, soy tu orientadora. Ya hemos hablado varias veces.– El Corazón de Roberto palpitó tranquilo y bajó pulsaciones al ver que no era la llamada que temía recibi– ¿Cómo va esa búsqueda de empleo?

–Difícil.– Roberto se deprimió al tener que reflexionar en ese instante y al tener que poner sus pensamientos en orden– Se interesan, pero cuando ven que estuve en la trena se acojona y no hay manera. Puta mierda...


–Vale, eso es normal pero no te agobies que le vamos a poner solución Roberto.– Las palabras de la orientadora sonaban más a un deseo que a una realidad– Mira es normal que la gente se sienta insegura y tenga prejuicios pero tu tienes suerte.

–Ya,ya.

–Has tenido trabajo y tienes unos estudios básicos, no has estado tanto tiempo fuera del mercado laboral y es algo a tener en cuenta.

–Ya,ya.

–Muchos ex reclusos no tiene ni eso y les resulta más complicado por falta de experiencia, o falta de estudios.

–Ya,ya.

–Tampoco tienes problemas de adicción ni nada parecido, tu caso no es tan difícil como el de algunos compañeros. Hay que tener paciencia y ganas, y mucho ánimo ¿Eh?, ¡Que vamos a salir de esta!

–Ya,ya.– Roberto se sentía atrapado en un bucle.

–Mira Roberto te he conseguido una entrevista en una empresa cerca de donde tu estás, cerca de tu casa. Están buscando un perfil que se ajusta a lo que tu puedes ofrecer. Parecen gente seria, tu acercate ¿vale? Ya les he hablado y te estarán esperando.– El corazón de Roberto se aceleró al oír esas palabras y la esperanza brotó en su corazón.

–¡No jodas!, ¡Muchas gracias!

–De nada, tu acercate y diles que vas de mi parte y veremos que pasa.Te envío todo ahora ¡No te rindas!Al finalizar la conversación miró su teléfono y allí estaba el gigantesco logo de la empresa que le cambiaría la vida, verde como la esperanza que invadía su alma, la cual también era verde como el dinero que quería ganar con aquel empleo.Sin perder un segundo se dirigió a su destino. La conocidísima y codiciada en bolsa empresa llamada Omniwork sería el principio del cambio.

Ex reclusosWhere stories live. Discover now