Día 23

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Discutiendo.

Camus se levantó muy temprano en la mañana y se dedicó a entrenar el solo, cuando el sol aún se había asomado, poco a poco fueron llegando sus demás compañeros, pero uno sólo faltaba y ese era Milo, preocupado decidió ir a buscarle pero el patriarca no lo dejó, aquello lo puso muy molestó.

Quien era el para no dejarlo elegir sus decisiones y no ser libre de ir a donde quisiera.

En el entrenamiento se puso aún más molestó y es que les tocó hacer equipos y a él le tocó hacer equipo con Death Mask y Aioria que en ningún momento le escucharon, diciéndole que no le escuchaban o prestaban atención a sus palabras, eso lo puso todavía más molesto de lo que ya estaba.

Todo siguió a peor cuando el gato y el cangrejo, hicieron todo como ellos querían, dejando al pelirrojo totalmente molesto porque no le dejaban hacer las cosas a su manera.

El vaso estaba a punto de rebosar, cuando el patriarca le dijo que así molestó como estaba no podía seguir entrenando, echándole en cara no pudo controlar sus emociones, además de confrontar lo innecesariamente, pidiéndole que se retirará porque así no podía entrenar, Camus obedeció y se fue, pero no porque le hiciera caso a el patriarca, sino porque el quería irse.

Cuando llegó a Acuario, encontró a un relajado Milo sin camisa sobre su cama, con la cabeza en donde deberían ir los pies y los pies en donde debería ir la cabeza, sonrió un poco, pero seguía muy molestó.

Por lo que decidió ir a consentir un poco a Milo así tal vez y se le pasaba esa molestia.

El pelirrojo  se quitó su armadura y se posicionó frente a la cara de Milo, del lado contrario y con sus frías manos y largas uñas Escarlata, comenzó a acariciar el pecho, los hombros y pezones de Milo, observando fijamente como sus expresiones iban cambiando, aquello le hizo muy feliz, su molestia estaba bajando, todo iba bien, nada podría salir mal.

Milo despertó con la respiración agitada, Camus le robó un beso y iba a seguir disfrutando del jugar con Milo y su cuerpo de no ser por las molestas palabras que un adormilado Milo le dijo.

—Camus, no me despiertes así que después no me hago responsable, deberías cambiar eso de ti. —Las palabras de Milo no fueron dichas para ofender, pero un Camus molestó desde esa mañana no pudo ocultar más lo que sentía y actuó por instinto.

—No voy a cambiar, porque estas conmigo y dices amarme si me quieres cambiar...

—Perdóname Camus no quería decirlo así lo decía en broma, sabes que...

—El orgulloso Milo pidiendo disculpas y con temor en su mirada, que débil, dice algo y después se arrepiente bonita forma de ser, que inútil er... —Cuando Camus reaccionó ya era muy tarde había hecho llorar a Milo y es que Milo parecía ser indestructible, pero no le gustaba ser débil y el que se lo recordarán le lastimaba muchísimo.

—Se que estas molesto, no sé el porque, pero sé que conmigo no es, te amo muchísimo Camus y me has lastimado pero se que no fue tu culpa, cuando seas un hombre y no te desquites con otros me avisas. —Dicho eso se fue del templo de Acuario y corrió a escorpio, agradecía que nadie lo viera en ese estado.

Camus muy arrepentido lloró como nunca en su vida, el no quería que eso pasará, lastimó al ser más importante en su vida, ambos caballeros lloraron desconsolados toda la noche hasta caer dormidos.

Camus entre sueños se propuso buscar el perdón de Milo y lo iba a conseguir a cualquier costo.

30 días con Camus y Milo. (TERMINADA)Where stories live. Discover now