Día 10

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Utilizando orejas de animales.

Milo no volvía a escuchar a Aphrodite y Aioria, ahora se sentía culpable por soñar con su pareja con orejas de gato, desde ese sueño no había vuelto a dormir. Ya dos días enteros de eso y al parecer su cuerpo no lo soporto más y terminó cayendo dormido en el suelo del Coliseo en pleno entrenamiento.

Un muy asustado Camus lo llevó, no a escorpio sino a Acuario y le dejo sobre su propia cama, le dejó un bonito beso en la frente y mejilla y volvió a participar del entrenamiento de ese día.

Por mientras en los sueños de Milo, Camus y él tenían orejas de gato, Camus de color negro y el de color blanco con una cola peludita del mismo color de sus orejas y estaban totalmente desnudos, él pelirrojo estaba sobre el rubio y con su lengua pasaba por las falanges del rubio, por mientras este último acariciaba las orejas de color negro que portaba Camus, además de también acariciar su rojizo cabello, las frías manos del francés recorrían su cuerpo y centraba especial atención a los pequeños botones rosados del griego.

Aquellos rosados botones le hacían ver estrellas y no necesariamente porque fuera sensible en esa zona, si no porque era Camus quien lo tocaba.

Y era exactamente eso por lo que no quería soñar más con esa idea y es que leyó en uno de los millones de libros de Camus que cuando sonreían, hablaban o se realizaba cualquier actividad diferente a dormir era porque una entidad maligna estaba en él.

Milo intentó en sus sueños alejarse de Camus pero esos hermosos ojos escarlata que le miraban con lujuria lo estaban volviendo loco en ese sueño las cosas que Camus hacían en su sueño, él las sentía en la realidad y le era inevitable no sentirse culpable o al menos así fue hasta que sintió un fuerte estruendo y preocupado por Acuario fue a ver que sucedía.

Encontrando a Camus siendo atacado por Saga.

Milo no dudo ni un segundo en interponerse y recibió el ataque de Géminis, todos los presentes se sorprendieron a excepción de él patriarca y Camus; estos dos últimos le estaban dando el sermón de su vida, pero el rubio sólo podían pensar en Camus y el abrazados, tranquilos y recibiendo mimos o cariño como sí de verdaderos gatos se sintieran.

De solo imaginar a su precioso cubo de hielo sobre él como un felino con orejas su cuerpo se tenso y de la nada pequeñas lágrimas y una sonrisa se hizo presente en el rostro del caballero de escorpio de ese siglo, encontrando así la solución perfecta a los molestos sueños que estaba teniendo.

Y esa solución era disfrutar del Camus de carne y huesos no necesitaba un Camus con orejas y actitud de gato, amaba ese congelador con patas y estaría dispuesto a todo por ese congelador andante.

El de mirada celeste sonrió y haciendo uso de la manipulación de escorpio le sonrió al patriarca y a su pareja, pidiendo disculpas con un sentimiento de tristeza que no sentía pero si quiso demostrar y un muy conmovido Shion lo dejó irse junto a Camus y ambos fueron a Acuario donde al llegar escorpio desapareció del cuerpo del rubio y como si las armaduras también se llamaron, acuario también desapareció del cuerpo del francés.

El rubio y el pelirrojo, por petición del rubio pasaron el resto del día recibiendo mimos y dando lanidas juguetonas cómo si de gatos se tratase.

Camus muy tranquilo al saber a su lindo rubio feliz y tranquilo se preguntó el porque de la situación. Para después auto responderse argumentando que probablemente pesadillas molestaban al griego y por eso no dormía y por esto lo defendió de Saga.

Dejó de pensar en aquello y se dedicó a hacerle compañía a un ya dormido y tranquilo Milo en sus profundos sueños.

30 días con Camus y Milo. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora