Día 15

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Declaración

Milo, el orgulloso, guapo, coqueto y directo caballero de escorpio, estaba nervioso, ansioso y intranquilo, todo se debía a Camus de Acuario y es que él siempre le dio curiosidad, le tenía respeto y admiración en un principio pensó que era sólo eso lo que quería de él una fuente amistad.

Pero a medida que fue pasando el tiempo sentía la necesidad de estar con él diariamente y en todo momento, pero un día murió a manos de su aprendiz y no pudo decirle lo que sentía, después con la guerra Santa, su pelea, la exclamación de Athena y su muerte en el muro de los lamentos, nunca tuvo oportunidad de decirle lo que sentía, hasta hoy, había invitado a salir a Camus a un café en la cuidad de Rodorio y Camus había aceptado, Milo estaba enormemente feliz.

Camus también estaba feliz por esa pequeña reunión y es que el sentía grandes cosas por Milo y gracias a la literatura comprendió que eso que sentía era amor o cariño, amaba a Milo y desde esa pelea con la exclamación de Athena se vio tan desafiante que Camus sintió la necesidad de ser el único en su vida y pasar a ser su prioridad, un sentimiento egoísta pero a la vez puro porque se trataba de amor verdadero. 

Camus iba bajando por los templos hasta que vio bajar a Milo del templo de Mu en compañía de Aioria y Mu, con un ligero sonrojo en sus mejillas, aquello puso de muy mal humor a Camus, así que actuó por instinto y se llevó a Milo de el santuario agarrando fuertemente su muñeca lastimándolo en el proceso, Milo intentó apartar lo, Camus notó eso y apretó aún más, incluso lo congeló, Milo también se puso molesto y al llegar a la cafetería ambos se sentaron al lado del otro pero no se dirigieron la mirada por largos minutos.

No fue hasta que ambos pidieron un café que se dirigieron la mirada y Milo en un acto de amor, porque por Camus iba a dejar su orgullo aunque probablemente sería la única vez que lo haría.

Para romper la tensión, mientras Camus tomaba su café, Milo aprovechó para acercarse a su oído o oreja y le susurró con una voz seductora.

—Me gustas Camus y si te molesta que hable con mis amigos de tu belleza tranquilo, me perteneces y yo te pertenezco.

Esas palabras dejaron totalmente helado a Camus, así que Milo aprovechó y continuó hablando en su oído, jugando un poco con él.

—Camus, querido, me encantas pero cuidado con mi orgullo, es como fuego y recuerda si juegas con el, te puedes quemar

Lo dicho por el rubio dejó muy sonrojado a Camus, pero este último no se dejó intimidar y también le siguió el juego.

—Tú también me gustas Milo, pero recuerda que el hielo también quema, así que ten cuidado conmigo.

—Mi muñeca se dio cuenta, así que Refrigerador con patas, quieres ser mi novio.

—No me digas refrigerador con patas y sí quiero ser tu novio.

—Te vas a acostumbrar querido... —Sin avisarle al otro le dio un beso que fue corto y sencillo por ser el primero. 

Después de esa rarísima declaración, ambos se hicieron pareja y se mantenían juntos por muchos años y situaciones difíciles, pero como una gran pareja de novios seguían juntos y lo harían hasta el final de sus días.

(Temprano porque me inspire y estoy aburrida en clases.)

30 días con Camus y Milo. (TERMINADA)Where stories live. Discover now