Día 7

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Haciendo cosplay.

(Otro capítulo madrugador, porque me levante inspirada y amo escribir sobre esta parejita.)

Camus llevaba toda una mañana leyendo un libro, tenía un nombre raro, la Sirenita podía leer Milo en la portada.

Milo, bajo a su templo con rapidez y ya allí recordó que hace dos semana Aphrodite bajo diciendo que iba a hacer un traje de algún animal para él y que pasara por su templo, por si quería o necesitaba algo.

Milo con eso en mente subió de nuevo a Acuario y Camus seguía con la vista en su libro, estaba tan concentrado que no se dio cuenta de quien entraba o salía de su tiempo, tenía suerte de ser el décimo primer templo si no moriría de nuevo en compañía del todo santuario.

Milo en el duodécimo templo del santuario encontró a Dite y vio la oportunidad perfecta para pedirle lo que quería.

-Aphro eh venido a hacer uso de tu extraña habilidad para coser.

-Bienvenido, Milo. Qué quieres que haga por ti.

-Un traje de Príncipe como el de la Sirenita. Y quiero lo que hiciste para todos, pero yo quiero uno de dinosaurio.

-Bien, acompáñame al pueblo a comprar las telas que necesito, verde tengo de sobra pero de otros colores no me queda nada.

Piscis y Escorpio, fueron juntos al pueblo y por donde pasarán todos veían la afinidad tan compatible eran estos dos, que hasta pareja podrían ser, pero no lo eran, ambos preferían ser buenos amigos y compañeros de copas.

En la cuidad limitante del santuario, Dite y Milo causaban sensación por donde pasaban, Milo compró multitud de manzanas y Dite aparte de comprar telas y demás instrumentos de costura, compró elementos de jardinería para su hermoso jardín. Ambos caballeros con sus prendas listas y con otras compras subieron al duodécimo templo con rapidez, gracias a una carrera que hicieron los dos caballeros dorados.

En el camino, Death Mask, sonrió su flor era muy sociable y aunque no lo admitiera en público, Milo le caía de maravilla. Por otro lado Camus escuchó la risa de su pareja y de Aphro. Él pelirrojo sintió un poco, muchos. Celos, pero le restó importancia, no es como si Milo le fuera infiel, él no sería capaz de tal acto.

Mientras Milo y Aphrodite pasaron toda la mayoría del día juntos y para el final del medio día y el comienzo de la tarde Milo ya tenía sus dos trajes hechos, por Dite solo para él. Milo bajo corriendo a su templo, asustando o sorprendiendo a todos los que vieron una melena dorada en el aire a gran velocidad. Y a esa misma velocidad subió al décimo primer templo asustando a Camus, consiguiendo que dejé su libro en el piso y le preste toda su atención a Milo, sorprendiéndose al verlo vestido muy extraño.

_Qué, haces vestido así Milo.

_Hoy, soy él príncipe Milo. Soy uno de tus príncipes, como los de tus historias y hoy seré el que te rescate del villano, que secuestro a la hermosa princesa. 

_Milo, él príncipe de la sirenita no es bueno, todo lo contrario y al final la sirenita muere siendo una espuma de mar y se convierte en una hija del aire que con buenas acciones lograra que su alma sea inmortal. 

_No se que es una hija del mar y no sabia eso, Aphro me dijo que era romántica y alegre. Aun así voy a ser tu príncipe y seré uno bueno que protegerá a su princesa, es decir tu, mi princesa francesa. 

_Tres cosas importantes, Milo. Primero, soy hombre así que princesa no puedo ser, Segundo, no necesito de un príncipe para ser feliz y tu no necesitas vestirte tan ridículamente, sólo por qué leí un libro Danés  _Camus, dejo de hablar al notar como él rubio derramaba silenciosas lagrimas con su hermosa mirada azulada hacía el suelo. 

 _Milo, no seas un bebé y deja de llorar. Para que quiero un príncipe, sí tengo a un fuerte escorpioncito, hermoso, valiente y al que amo, así no sea de la realeza o de linaje aristocrático o de sangre azul. _Concluyo Camus, y sin avisarle al otro, le abrazó con cariño y escorpio sin dudarlo lloro en brazos y pecho del contrario. 

Milo ya no sabia si lloraba de felicidad o tristeza, pero quería suponer que era una mezcla muy pura y profunda de ambos sentimientos; Por otro lado, Camus llevó a Milo a la cama y se recostó allí con él, entre sus brazos y pecho, velando por sus lagrimas y el sueño que pronto alcanzo a Milo.

Camus en cambió, recordó la imagen de Milo llegando vestido como todo un príncipe con camisa blanca, chaleco café con dorado, chaqueta larga y abierta de color rojo, botas y pantalón café y su hermoso cabello dorado atado por atrás con una pequeña cinta roja, Camus nunca se lo diría a Milo pero él desde el momento que lo conoció se convirtió en su príncipe de cuento de hadas, nunca iba a admitir que amaba ese rubio cabello y ese par de azuladas estrellas que cuando lo miraba solo a él brillaban como la luz más pura de todos.

Nunca iba confesar que amo y amara como Milo hizo cosplay de príncipe, siendo ya uno para él caballero de Acuario de ese siglo. 

30 días con Camus y Milo. (TERMINADA)Where stories live. Discover now