Estuve muy medicada toda la semana siguiente. Me sentía deshidratada, agotada de tantas pastillas y con unos mareos terribles.
Pero lo peor de todo era mi corazón: estaba roto en mil pedazos y para eso no había medicación.
Aún te veía día tras día, Emmett, sentado en una silla aparte, muy desanimado. Porque cada vez que intentabas acercarte a mí tenía que rechazarte o sino nunca vencería la esquizofrenia.
YOU ARE READING
Emmett viene a verme (Verte #1)
Short StoryMi vida parecía la peor pintura de todas: una hecha a escala de grises. Entonces llegaste tú a verme. Y todo adquirió color. Katie despierta un día en un sitio que para ella es totalmente desconocido. Unas luces blancas están cegándola y algo...