Capítulo 42. Mirada perdida.

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Capítulo 42.

Mirada perdida.

Convertir un golpe en una caricia.

Justin PDV.

-¿Quieres explicarme por qué carajos crucé tres ciudades enteras con un frasco lleno de tu orina y un termo lleno de tu sangre? -me preguntó Chris mientras entraba a mi casa.

Yo dejé a un lado los 364 € que tenía en mi mano y lo miré.

-El termo retrasa un poco la coagulación de la sangre y si te daba mi orina en un vaso cualquiera se derramaría en tu auto. Eso sería asqueroso. -murmuré tomando otro paquete de dinero, conté, habían 265 €.

993€

Tomé otro paquete mas y lo conté,  123 €.

Tenía 1116 €. Debía dividirlo entre 8, un octavo para Dave, otro para Jair, otro para las nuevas cámaras de Jeff, un octavo para "El Científico", dos octavos para que hiciera más dulces, y dos octavos para mí.

A Dave, Jair, a Jeff y al Científico les tocaba... 139.5 € y a mí y a los dulces nos tacaba...

-¡Detente! -gritó Chris.

Lo miré con el ceño fruncido.

-¡Me da miedo cuando haces eso, Justin! Cuando empiezas a contar en voz baja y como si tuvieras una calculadora integrada en el cerebro,  me da miedo. O como cuando teníamos 13 años y te aprendiste la dictadura completa de Hitler en 10 minutos sólo para molestar a Jaden, ¡ni siquiera eres racista, sólo querías joderlo! O en la primaria cuando Alfredo había sacado bajas calificaciones y te las ingeniaste para meterte a la base de datos de la escuela y cambiar sus notas para que su padre no le diera una paliza.-quejó Chris.

-279 €. -finalice mis cuentas y él bufó.

-No entiendo como eres tan bueno en todas esas cosas si nunca prestas atención en clase, te la pasas durmiendo. Lo que sea, de todas formas, ¿de qué es ese dinero? ¿Es lo que los camellos sacaron esta semana?

Yo dividi el dinero en las 8 partes mientras él se quejaba amargamente. Cuando terminé, lo miré.

-Sí. Mañana debo ir a recoger lo de las peleas... ¡Mierda! -murmuré recordando.

Chris alzó una ceja.

-¿Qué pasa?

-Le había dicho a Marissa que iríamos al cine. -recordé. En realidad no iríamos al cine, la llevaría al prado pero Chris no sabía nada de ese lugar.

Chris sonrió como idiota y se sentó a mi lado.

-No te preocupes, tortolito, yo recojo el dinero. -dijo acercando su mano a mi rostro, intentado pellizcar mi mejilla, no estaba ni cerca de mi barbilla cuando agarré su mano y la apreté hasta que gritó.

-Amargado... -lo escuché murmurar.

Lo miré un poco más y negué con la cabeza.

-¿Y bien? ¿Los tienes? -le pregunté.

Él me miró confundido.

- ¿Qué tengo?

-Los resultados. -respondí rodando los ojos.

-¡Ah! Sí. ¿De qué son? -preguntó sacando un folder largo de su mochila. Empezó a abrirlo y yo no lo detuve, si había algo mal en mí, definitivamente quería que él me lo dijera.

-¿No preguntaste? -le pregunté sin poder creer que alguien tan chismoso como él no lo hubiera hecho.

-Lo hice, al menos lo intenté, pero apenas llegué una enfermera pelirroja me dijo: "¿Vienes de parte de La Cobra?" -murmuró imitando la voz nasal de Jessyca. -Yo le dije que sí, me arrancó los envases y se fue. Era preciosa, pero terriblemente irritante.

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