CAPITULO 54: Consuelo

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(Haley)

—Cómo odio esto... —susurré en mi tercer intento de volver a tocar a Tyler, pero por supuesto no funcionó—. Esta vez duro más que la última, ¿no?

Tyler soltó una carcajada mientras se encogía de hombros.

—No conté el tiempo, Haley.

Estábamos ambos apoyados en el suelo del pasillo, junto a las taquillas del lado derecho. Después de que el abrazo terminara traspasando a Tyler y cayendo al suelo, ambos habíamos decidido quedarnos aquí. Por supuesto, lo siguiente que hicimos fue maldecirnos por haber perdido el contacto, y yo comencé a sonrojarme. Porque abrazar a Tyler de esa forma había sido bastante... en realidad no sabía cómo describirlo, pero sí me había dejado nerviosa. Muy nerviosa.

Y más aún con su beso en mi frente, y es que había creído que iba dirigido a otro lugar, pero ahora mismo en realidad se lo agradecía. No estaba segura de si iba a poder mirarlo a los ojos después de aquello. Ambos nos quedamos en silencio, y yo como una niña pequeña lo observaba de reojo, pero en el momento en que Tyler se daba cuenta desviaba la vista.

—Dilo —me dijo ya la tercera vez que me pilló, y me maldecí interiormente.

—¿Eh?

Tyler se giró hacia mí, con una sonrisa burlona.

—Sé que quieres decirme algo.

Nerviosa, centré la vista en un punto fijo, y el elegido había sido una taquilla que estaba a mi altura al otro lado del pasillo. Y con todo el valor que pude, hablé.

—¿Por qué fingiste que no lo conocías?

Tyler no respondió de inmediato, sino que desvió la vista de mis ojos y se centró en un punto fijo, igual que había hecho yo hacía unos segundos. Lo observé, esperando su respuesta.

—Él lo hizo conmigo. Luego de que me dijera que te quería a ti, nunca más hablamos ese año. Y para mí no fue difícil olvidarlo, no voy a mentirte.

—¿Quieres que me crea eso? —volqué los ojos, y Tyler al fin volvió a fijar su mirada en mí.

—Haley, yo... lo saqué de mi mente. No fingí no conocerlo, porque nunca lo hice realmente, solo estuvimos tres semanas juntos en un campamento, no fue nada.

No respondí, sino que pensé las palabras de Tyler. Él sostenía que Simon también había fingido no conocerlo, y, además, no había sido difícil sacarlo de su mente. ¿Podía ser cierto? Porque, sinceramente, para mí era imposible olvidar a una persona así de fácil, me resultaba incluso absurdo fingir no conocerlo.

—Además, pensé que no sería buena idea decírtelo. Te veía feliz con él, no quería arruinar su amistad con algo que ya había quedado en el pasado.

—Solo se acercó a mí para vengarse de ti, Tyler, eso no se llama amistad. En realidad no tengo ni la menor idea de cómo llamarlo —escondí mi rostro entre mis piernas, ya que no quería que Tyler me viera así de nuevo.

Ahogué un sollozo e intenté calmarme. Sabía que Tyler estaba sufriendo una pesadilla peor que la mía, y que comparado con su sufrimiento yo era un bebé llorón. Pero, sinceramente, no podía más, no tenía esa capacidad que tenía la mata de cabellos rubios de andar tranquilo, de reprimir todo ese dolor. Yo no era así. Y saber que toda mi amistad fue un engaño me había destruido. Más de lo que nunca hubiera imaginado.

(Tyler )

No sabía qué decir. Haley estaba escondida entre sus rodillas y yo estaba al frente de ella como un imbécil. Sus últimas palabras me habían dejado mudo, y es que... ¿Cómo le rebatía eso? Era cierto, Simon había comenzado su amistad con ella solo para vengarse de mí, pero si era así, ¿por qué seguir con la farsa hasta ahora?

Mi Ángel Guardián II: La mentira mataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora