Capitulo 52: Sentimientos

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(Haley)

—¿Es un chiste?

Estaba completamente segura de que Narco solo intentaba hacerme una broma de mal gusto. Porque eso era. ¿No? Los ojos me picaban y las lágrimas amenazaban con salir en cualquier momento, pero debía contenerme.

—¿No recuerdas que te dije que nunca miento?

Desconcertada, no supe qué decir. Lo recordaba. Y eso solo significaba que Tyler no iba a regresar a la vida. Ante todo esto, noté que Narco comenzó a alejarse de mí, caminando por el pasillo.

—¿Hay alguna manera de evitarlo? —pregunté lo suficientemente fuerte para que escuchara.

No se dio la vuelta, sino que se bastó a detenerse un momento para responder.

—Pregúntatelo tú misma.

Perfecto. Y con eso las lágrimas salieron sin poder evitarlo, dejándome destrozada.

(Tyler) 

Busqué a Haley por los pasillos cuando las clases terminaron, quería contarle que no había nadie en la casa de los Gay y que en resumen no había averiguado nada nuevo. Y de paso también verla, me aburría mucho no poder hablar con nadie, y aún más que no me notaran. En eso, la vi saliendo justo del baño en el que siempre hablábamos. Estaba lejos de mí, pero al ver la vestimenta que habíamos elegido juntos por la

mañana no pude no reconocerla. Pero al parecer ella no lo hizo conmigo, ya que de inmediato se encaminó hacia la dirección opuesta.

—¡Haley! —le grité caminando tras ella para darle alcance, lo que fue fácil, ya que ella tenía que lidiar con una estampida de alumnos que querían irse ya y le impedían avanzar con rapidez.

Al ya estar junto a ella la miré extrañado.

—¿Haley?

Esta se sobresaltó por mi cercanía y seguro que también por la rapidez en la que la alcancé. Sonreí cuando sus ojos se encontraron con los míos.

—Te eché de menos.

Haley bajó la mirada ante mis palabras. Yo, en cambio, la observé atentamente. Tenía los ojos rojizos. ¿Había estado llorando?

—¿Qué sucedió?

Negó con la cabeza de inmediato, justo cuando abrió su casillero para sacar sus cosas.

—Tienes que ir con Lauren y April —me susurró apoyando su frente en la pared, para seguramente evitar que alguien la observara hablando sola.

—¿Por?

—Van a ir a buscar la evidencia a la iglesia.

—¿Y tú no vas?

—Recuerda que me tienen vigilada, no es seguro.

—Bien.

No me moví, sino que seguí observando a Haley, que seguía ahí apoyada, pero ahora con los ojos cerrados. Estaba seguro que pensaba que ya me había ido, porque justo en ese momento pude ver cómo una lágrima caía por uno de sus ojos.

—Cuando vuelva quiero una explicación, te guste o no —le dije en el momento, a lo que esta abrió los ojos sorprendida y se bastó con desviar la vista—. Prométemelo.

Hubo un silencio en el cual teníamos la vista fija el uno al otro. Pude notar que no era nada bueno, nunca había visto a Haley de esa forma, tan... triste.

—Solo... vuelve pronto, te estaré esperando en el departamento.

Iba a preguntarle por qué ahí, y por qué no podíamos encontrarnos en mi casa, pero justo en ese momento Lauren pasó junto a Haley haciéndole una seña de llamada para después contarle qué tal iba, y sin dudarlo me encaminé hacia ella. No sin antes despedirme de Haley con un grito.

Mi Ángel Guardián II: La mentira mataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora