Capitulo 39: Mentira

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(Haley)

La alarma resonó en mis oídos, haciéndome abrir los ojos de golpe, aferrándome a las sábanas con fuerza. Y es que seguía teniendo sueños bastante extraños, más bien pesadillas de mal gusto que no me dejaban dormir tranquila. Aunque al menos ya había despertado. Me enderecé en busca de Tyler, y me lo encontré, como siempre, tirado en el suelo de mi habitación, algo que aún no me entraba en la cabeza, pero de todas formas me quedé observándolo un buen rato.

Sabía que estaba despierto, ya que se despertaba automáticamente cuando yo también lo hacía. Pero prefería dejarlo ahí un rato, para así darme la ducha sin tener que obligarlo a no entrar conmigo. Así que, sin decir nada, salí de la cama y fui hacia la puerta. Y al estar fuera sentí ruidos en la cocina, donde me encontré a mi madre haciendo el desayuno. ¿Pero qué mosca le había picado?

—Haley, ¿te gusta tostado o normal? —tenía el pan en la mano, a lo que yo fruncí el ceño.

—Tostado —sentencié, sin quitar la vista fija en ella—. ¿Tenemos visita?

—No, ¿por?

Me encogí de hombros y me encaminé hacia mi asiento, puesto que me habían tentado los cereales que había en la mesa. Luego de unos minutos en los que miré a mi madre en todo momento, estudiando su extraña actitud, Tyler apareció en la estancia. Caminaba con los ojos bajos y sin ninguna expresión en el rostro. Algo había pasado.

Me levanté de la silla mirándolo atentamente, pero él, en cambio, se puso a caminar hacia los sillones, sentándose ahí.

—¿Qué miras? —nerviosa ante la pregunta de mamá me di la vuelta hacia ella, sonriendo.

—Pensé haber visto una mariposa por la ventana —dije, ya que a mamá le encantaban, de modo que soltó un chillido y se fue corriendo hacia ahí, que estaba justo a un lado del televisor.

—¡No me digas! No veo una desde hace años.

Mientras mamá ponía toda su atención en el cielo, buscándola, me acerqué hacia Tyler, mirándolo fijamente, pero estaba con la vista gacha.

—¿Qué pasó? —le susurré, echándole una mirada a mi madre, que ni lo había notado.

Tyler subió la vista hacia arriba, y noté que sus ojos tenían un brillo inexpresivo, con la vista clavada en la nada.

—¿Tyler? —lo miré aún más intrigada. ¿Qué pasaba?

Mamá en ese momento se dio la vuelta hacia mí con un puchero, lamentándose de no haber visto la mariposa. En fin, yo tenía toda mi atención en Tyler, por lo que ni noté cómo se fue a su habitación para luego salir de inmediato en dirección a la ducha. Esperé a que prendiera el grifo para hablar nuevamente.

Tyler seguía en la misma posición, sentado en el sofá, mirando al vacío.

—Tyler Ross, juro que si no me dices qué diab...

—Kyle despertó —me cortó, a lo que abrí los ojos de golpe.

Este, que ahora estaba mirándome con los ojos rojos, desvió la vista cuando dirigí mis ojos directamente a los suyos. ¿Kyle había despertado?

—¡No puede ser! Tyler eso es una noticia excelente, Kyle está vivo —me levanté del sillón sonriendo, ya que el hecho de que Kyle hubiera salido del coma significaba que el mundo no era tan injusto como creía.

Tyler no respondió, sino que se llevó las manos al rostro, ocultándolo, lo que me hizo entrar en razón, y me di cuenta de que Tyler se estaba comportando de ese modo por el hecho de que ya no tendría a Kyle para hablar, que ahora él era la única persona que estaba viviendo ese infierno.

Mi Ángel Guardián II: La mentira mataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora