Capitulo XXVII: Greenception

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 Durante el breve receso de primavera (que se extendió un poco debido a la limpieza de escombros y destrucción de evidencia del régimen de Weinbach) había una única preocupación ocupando a Allyson y Jake, y sé que muchos de dirán, “¿Por qué Sarah no fue mencionada?”

El detalle es que aquello que preocupa a la pelirroja y al aprendiz de ampón es precisamente, la morena.

—Empieza a asustarme —Allyson mencionó, mientras observaba con atención la mirada fija, casi robótica de Sarah; la joven de negro, sentada sobre su cama, no había hablado en días, y sus gestos y expresiones se volvieron inmutables —. Se ve como una de esas estatuas del museo de cera.

—¿Cómo una celebridad de hace 50 años que hacen notar la necesidad del museo de actualizarse un poco y entender que Liberace no es lo que solía ser? —Jake mencionó.

—El museo necesita actualización y urgente; me di cuenta cuando llamaron a los Beatles como la nueva sensación juvenil que arrasa con la nación...pero me refiero a que parece sin vida...sin chispa, sin...nada por dentro.

—¿Aún respira, no?

—Bueno, eso ya es algo...

Los dos habían intentado de todo para sacar a su amiga de la catatonia: cachetadas, palmadas fuertes, choques eléctricos (en general, cualquier cosa que deje un moretón), tentándola sus alimentos favoritas (aunque cazar esas ardillas era una labor muy latosa) y hasta trataron de provocar aunque sea un poco de lujuria con imágenes de chicos lindos siendo “cariñosos” entre si pero ni siquiera el babeo tradicional de la joven se observó: ella no estaba en si.

Pero no es como si ellos no supieran el motivo de su estado actual.

—¿Por qué Sarah no sólo llora y se emborracha en las noches como cualquier persona normal? —Jake cuestionó, saliendo del dormitorio de la joven, junto a Allyson, frustrados a más imposible.

—El luto es extraño, Jake, y la tristeza puede tomar muchas formas —La pelirroja contestó—. Y Sarah...ella es diferente, y ha pasado por mucho.

—Aun así...

—¿Aun así qué, Jake? —Allyson reclamó—. ¡Sólo piensa las cosas por un momento! ¿Cómo te sentirías tú en su lugar? ¿Cómo lidiarías tú con el duelo?

—Quisiera poder responder eso, pero...para mi buena suerte, no he perdido a nadie a quien quiera tanto.

—¿De verdad? ¿Familia, amigos?

—¿Bromeas con lo de familia, verdad?

—Un poco, sí...

—Y ustedes son mis únicas amigas, así que hasta que a Sarah la ejecuten en una silla eléctrica y a ti te de finalmente un infarto, no tendré nada que lamentar.

—Dentro de tu extraña lógica y modo de ver la vida, eso fue un comentario bastante tierno...o bueno, lo que más se le acerque.

—Gracias. Cuando estoy inspirado, puedo ser todo un “Sartén”.

—¿Eh?

—Ya sabes: un Jean Paul Sartén.

—En primera Jake, es Jean Paul SARTRÉ; y en segunda, ¿no era él un pensador contradictorio usando argumentos metafísicos a pesar que él mismo decía ignorar la metafísica?

—Ahora me sería útil haber puesto atención en Literatura: entendería de qué rayos me estás hablando...y no hubiera reprobado como tres exámenes...

—Vale, esto no nos lleva a lado alguno...y se está haciendo tarde.

—Comprendo. ¿Dormirás aquí?

El Club de Hopewell: Segundo CursoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora