Capítulo 15

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-Gracias por enseñarme ese sitio tan mágico.- dije abriendo la puerta de mi piso.

-Me alegro de que te haya gustado.- me sonrió Calum. Nos quedamos en silencio. ¿Y ahora? ¿Nos dábamos un abrazo, nos besábamos, o qué? No estaba segura de si eramos novios o simplemente amigos que se gustaban.

-Ehm... Yo...- Empecé a tartamudear. Entonces él me agarró del cuello y me dio un corto beso en los labios.

-Buenas noches, pequeña (tn).

-Chao.- le sonreí tímidamente. Cerré la puerta y fui a mi cuarto. Me miré al espejo mientras me quitaba el gorro.- ¿Qué puede ver él en mi?- me pregunté en voz alta.

Me quité la ropa y me puse mi pijama. Esta vez me puse una camiseta de tirantes blanca y unos leggins con demasiados rotos. Me quité el maquillaje y me hice un moño en el pelo. Fui a la cocina y abrí la nevera.

-Nada interesante.- dije mirando en su interior. ¿Qué podía cenar? Decidí pedir una pizza. Llamé al repartidor que dijo que llegaría en un rato y agarré el móvil. Revisé wattpad. Tenía cinco likes, dos nuevos seguidores y una actualización de una de las novelas que tenía en mi biblioteca. Leí esa nueva actualización y cuando acabé llamaron al teléfono.

-¿Diga?

-Hola (tn), soy Luke.

-¡Luke! ¿Ocurre algo?

-Era para saber qué día vamos a ir al parque de atracciones.

-Tenemos toda esta semana. Podemos ir mañana mismo.

-Vale. Entonces me paso a recogerte sobre las cinco.- sentí como sonreía.

-Vale.- reí- Hasta mañana.

Fui al salón y comprobé si tenía las entradas. Las dejé en la mesa al lado del sofá. En ese momento picaron al timbre. Al abrir me encontré con la repartidora.

-Espera un momento aquí, voy a buscar el dinero.- le sonreí. Fui corriendo a mi cuarto y volví con el dinero. Se lo di, cogí la pizza y fui al salón. Me senté en el sofá y agarré un trozo.

-¿No vas a compartirla?- preguntó una voz haciéndome saltar del susto. Me giré y vi a Calum acercándose a mi.

-¿Cómo has entrado?- pregunté soltando el trozo de pizza.

-No deberías dejar la puerta abierta e irte. No te puedes fiar de los repartidores.- rió sentándose en el sofá- Ah, y estás muy sexy sin maquillaje.

-Es mi pizza.- dije cerrando la caja y riendo.

-Hay que ser amable con los invitados.

-Yo no te he invitado.- reí levantándome con la caja.

-Pero estoy aquí.- dijo levantándose y acercándose a mi. Yo empecé a correr con la pizza en brazos y él detrás. Parecíamos niños pequeños. De repente, Calum me agarró y me cogió en sus brazos.

-He ganado. Me quedo contigo y con la pizza.- sonrió.

-Está bien.- rodé los ojos. Volvimos al sofá ambos con la respiración agitada. Abrí la pizza y agarré un trozo. Empecé a comerlo tumbada en el sofá. Él hizo lo mismo, pero sentado. Calum mordía la pizza cerrando los ojos.

-Veo que amas la pizza.- reí.

-Así es. Es la segunda cosa que más amo en este mundo.

-¿Cuál es la primera?

-Ehm... ¡Tú!- rió. Yo me sonrojé.- ¿Y estas entradas?- preguntó agarrando las dos entradas del parque de atracciones.

-Uhm... Yo... Voy a ir mañana.

-Hay dos entradas. ¿Con quién vas?

-Voy... Voy con Luke.

-Ah.- dijo seco posando las entradas.

-Es mi mejor amigo. Y cuando me la dieron estaba enfadada contigo y le invité a él. No puedo hacer nada.- dije mirando al suelo. Él me agarró de la barbilla y subió mi cabeza.

-No pasa nada bombón.

-Ehm Calum... ¿Puedo hacerte una pregunta?- dije acabando mi pizza.

-Claro.- dijo él chupándose los dedos.

-Nosotros... Quiero decir, tú y yo... ¿Estamos saliendo?- pregunté sonrojándome.

-Ehm... No sé... Yo te quiero. Y creo que tú también...

-Te quiero.- Sonreí.

-Entonces...- dijo acercándose- Supongo que sí.- sonrió. Yo estaba echada y él se echó encima mio.- ¡Ey! ¿Sabes qué significa eso?

-¿Qu... Qué?- tartamudeé.

-Que te puedo besar siempre que quiera.- sonrió. Bajó la cabeza y me besó. Fue un beso corto, pero cuando acabó, nos miramos y yo le agarré del cuello volviendo a juntar nuestros labios en un beso apasionado. Él acariciaba mi espalda. Yo empecé a acariciar su pelo despeinándolo. Él se empezó a quitar la camiseta y se deshizo de ella tirándola por ahí. Empezó a besar mi cuello. Yo le empujé ligeramente.

-Yo... No puedo.- dije apartándome.

-No te preocupes. Iremos despacio entonces.- me sonrió.

-No sé si este es el lugar o el momento adecuado. Quiero decir, se puede decir que acabamos de empezar a salir. Y no quiero ir tan rápido.

-Entiendo. No voy a obligarte a nada. Lo haremos cuando te sientas preparada.- dijo besando mi frente.

-Gracias por entenderlo.- sonreí.

-Los chicos que obligan a sus novias a acostarse con ellos son unos pringados. Y yo no lo soy. Te quiero.- rió.

-Y yo.- le abracé- Aunque no hagamos nada te puedes quedar a dormir.

-Claro. Te recuerdo que ya dormimos juntos anteriormente.

-Sí.- reí- ¿Nos acabamos la pizza?

-Por supuesto.- sonrió. Yo agarré un trozo y él otro.- ¿Sabes qué? Estoy pensando en ponerme mechones rubios.

-¿Qué?- dije atragantándome con la pizza.

-Sí. Creo que me quedarían bien. Y a ti.

-Espera espera espera. ¿Quieres que nos tiñamos los dos?

-No lo sé.- rió- Creo que sería divertido. Yo me tiño unos mechones de rubio y tú... Si quieres claro.

-Claro. Yo ya lo había pensado más veces. Pero nunca me decidí. Siempre dudo entre rubio o rojo. Y solo mechas californianas. Con mi pelo castaño, ¿qué quedaría mejor?

-Creo que el rubio te quedaría muy bien... Aunque con el rojo tendrías un toque sexy.

-Prefiero el rubio. Así no me tengo que preocupar por la ropa.- reí.

-Genial. Seremos la pareja morenosrubios.- reímos. Cuando acabamos la pizza, Calum me cogió en brazos y me llevó a mi cama.

-¿No prefieres el sofá?- reí.

-Nou.- dijo tirandome en la cama.- me he dejado la camiseta abajo.

-No importa. Te prefiero así.- rió.

-¿Enserio?- rió. Empezó entonces a quitarse la ropa y se quedo en boxers. Eran negros, pero no eran los que yo me había puesto.

-¿Y los mios?- pregunté.

-Te parecerá raro, pero son mi amuleto.- dijo sacándolos del bolsillo del pantalón. Yo abrí los ojos como platos. Los agarré y me fui al baño.

-Ahora vuelvo.- reí. Entré en el baño, me quité el pijama y me puse los calzoncillos con un sujetador negro a juego. También me solté el pelo.- ¿Qué tal?- dije entrando en la habitación y partiéndome de risa.

-Te quedan estupendos.- dijo agarrándome de la cintura y tirándome en la cama. Él se puso encima. Nos besamos y dio algún beso en mi cuello. Después nos dormimos abrazados. En ese momento, me di cuenta de que tal vez todos los problemas se habían solucionado.

Pero cuando un problema desaparece, aparece otro.

Mi drogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora