27.Alianza

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(Dafne)

Estúpido Damián y estúpido monopatín.

Una vez más intentó realizar el salto que Damián le había enseñado pero lo único que consiguió fue resbalarse y caer por la rampa. Escuchó al pelinegro suspirar con resignación y antes de darse cuenta estaba a su lado tendiéndole la mano pero ella le dio un manotazo y se quedó sentada en el suelo.

Estaba cansada, sudorosa y de muy mal humor y todo por culpa de ese idiota hiperactivo que llevaba toda la tarde dándole órdenes y acercándose demasiado a ella. De reojo vio como Damián tomaba el monopatín y se ponía a hacer sus ridículos trucos.

―Eres realmente inútil mujer, vas a necesitar más clases, muchas más clases.―dijo Damián sin esconder una enorme sonrisa de satisfacción.

―Ni lo sueñes, no pienso volver a acercarme a esa cosa nunca más.―contestó malhumorada.

―Con un poco más de práctica podrás hacer esto.―dijo Damián deslizándose por la rampa con velocidad para luego darle un efecto a la tabla y hacerla girar varias veces antes de caer sobre ella.―¿A qué mola?

Niño presumido.

―Oye, oye...¿ya puedo irme?―preguntó con aburrimiento apoyando las manos sobre las rodillas.

―El trato era toda la tarde.―contestó Damián agarrándose a una rama de árbol para saltar por encima de un banco.

―Ya llevamos juntos tres horas, estoy cansada y quiero dormir.

Si bien el dolor de cabeza prácticamente había desaparecido gracias a una extraña bebida que le dio Kyle aún estaba agotada y necesitaba una ducha.

―¡Pues te aguantas! Prometiste que pasarías toda la tarde conmigo y toda la tarde será, nadie te mandó entrar en una competencia de "Quien bebe más"; eres una irresponsable... ¡menos mal que estaba cerca para evitar que cometieras actos criminales!―proclamó el pelinegro usando el mismo árbol como apoyo para una voltereta.

―Exageras, no recuerdo ni un solo acto criminal que cometiese anoche.―dijo con seguridad.

―¡Porque no recuerdas nada!―exclamó Damián con burla.

―Cállate.―murmuró irritada apartando la mirada de él para ponerse a hacer círculos en el suelo con el dedo.

Suspiró pesadamente y levantó la mirada para ver a Damián practicando saltos de parkour mientras un grupo de chicas que había a unos veinte metros de ellos lo observaban embelesadas. Ese idiota presumido, siempre siendo el centro de atención.

Molesta juntó las rodillas y apoyó la cabeza sobre ellas mientras lo veía realizar una voltereta lateral. Él se había enamorado de ella, ¿cómo pudo pasar eso? ¿es que no eran enemigos? ¿es que no llevaban años odiándose? ¿Cómo pudo enamorarse de ella así tan de repente?

Recordó la declaración pública que había hecho Damián esta mañana delante de todos sus amigos y no pudo evitar que el pulso se le acelerase y los dedos le cosquilleasen.

Escondió la cabeza entre sus rodillas e inspiró, ¿y qué se suponía que tenía que contestar ante aquello? No sabía que sentía por él, pero tenía que admitir que existía química entre ambos, nunca había sentido ese torrente de emociones al besar a sus otros novios. Pero él era Damián, su archienemigo. No podía estar enamorada de él, ¿verdad?

― Mujer, ¿te dormiste?

Levantó la cabeza y se encontró a Damián de rodillas a escasos centímetros de ella observándola con esos ojos azul oscuro. ¿¡Por qué tuvo que volver a ser pelinegro?! ¡Ahora sus malditos ojos azules destacaban mucho más!

Cállate y Bésame (TQST Libro #2)© [EN LIBRERIAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora