Déjame olvidarte

No te dejare.

Andrew cuenta.

¿Alguna vez escucharon del beso de año nuevo?

Mi madre una vez me conto, que el beso de año nuevo era poderoso, ella me decía que significaba que a la persona que beses esa noche se quedara contigo por siempre. Y sinceramente me lo creí desde que me lo conto, es decir desde que tengo seis años, hasta ahora. Si lo se suena tan, cursi, pero es de mi madre de quien hablamos y cursi es su segundo nombre.

De todas maneras estaba desesperado y no veía otra cosa mejor para que Elizabeth aceptara lo mucho que me ama o bueno en realidad era para descubrir que me esconde, es decir nadie inventaría un matrimonio solo para que me aleje ¿O si?

Muy bien, ahora tenía un plan, lo habíamos ideado mi mejor amigo Mark y yo, aunque Mark se rio de mi idea cuando se la conté pero al final solo decidió ayudarme con lo que necesitara. Si Elizabeth supiera nuestra alianza tiraría el grito al cielo y mataría a Mark si supiera que el me conto de su mentira del matrimonio, y no quiero perder de manera tan trágica a Mark… aparte seria más difícil conquistar a Elizabeth si está en la cárcel.

Y para que todo se entienda mejor, el plan es una fiesta.

Para ser más específico, será una fiesta de año nuevo. Cada año había una pero usualmente era algo aburrida, pero ahora que yo soy el jefe haría de esta una fiesta emocionante, aparte ¿Se imaginan como se vería Elizabeth? ¿Tal vez un vestido rojo? ¿O un azul? ¿O un blanco? ¿O sin vestido?

El timbre de mi departamento sonó interrumpiendo todos mis perfectos pensamientos, tarde unos segundo en reaccionar e ir hasta la puerta. Cuando abrí vi al cartero.

-¿Cómo esta señor Parker?

-Bien gracias ¿Tiene algo para mí?

-Sí, un par de cartas. Y ¿Sabe si la señorita de a lado está en su departamento?

-¿Qué tratas de hacer? ¿Coquetear con ella?

-No señor, tenía un paquete para ella -respondió el cartero algo intimidado por mi reacción.

-Me lo puede dejar, yo se lo entregare cuando vuelva.

-Gracias.

Me hizo firmar sobre su tablilla de entregas, cerré la puerta de mi departamento, tire las cartas sobre la mesa sin siquiera ver de quien se trataba, y volví a mi sofá junto con la caja de Elizabeth. Al sentarme moví un poco el sofá por lo que desperté a Sir Nicholas. ¿No se los dije? Hasta Sir Nicholas era parte de la alianza, era mi gato favorito en todo el mundo. Gracias a él hubo muchas veces que Elizabeth venía a mi departamento en busca de su gato y yo aprovechaba para hablar y coquetear unos momentos con ella. Puede sonar ridículo, pero ella me tranquilizaba, si estaba a punto de estallar por el estrés, con tan solo escuchar su dulce voz, mi cuerpo se relajaba por completo. Me sentía tranquilo cerca de ella y sin mencionar lo adorable que se veía cuando se sonrojaba.

No puede ser ¿Qué estoy diciendo? Yo no digo estas cosas, ya empezaba a sonar como los hombres de las películas románticas de mi madre.

Sir Nicholas volvió a dormirse después de unos segundos, apoye la caja que le trajeron a Elizabeth sobre mis piernas, no era pesada, tampoco era muy grande. Quería saber que había dentro. No pude ni contenerme más de un minuto cuando ya tenía la caja abierta.

Mire su contenido, habían cosas como unas pastillas quien sabe para qué, un cepillo de dientes, esas cosas que las mujeres usan en sus insoportables días, cajas de chocolates y más. Después de sacar varias cosas de esa caja me di cuenta que en una esquina estaba una bolsa rosa que decía “Victoria’s secret” Eso llamo mi atención, saque la bolsa y dentro de esta había una carta que no quise abrir, era curioso pero no leería la carta de alguien, aunque ya estoy abriendo el paquete de alguien, pero aun así. Lo único que decía el sobre era “Para Elizabeth” pero no decía de quien, mire la parte superior de la caja sonde me di cuenta que tenía postales de parís, lo que se me paso por la mente era que tal vez un regalo de su hermana.