Déjame olvidarte

La llegada.

Elizabeth cuenta

Después de pasarme encerrada, limpiando el departamento por una semana. Decidí ir a conocer a mis vecinos preguntarles como era el viejo señor Parker, la mayoría de ellos eran personas mayores ya por los sesenta años y cada uno tenía una mascota, era lo bueno de este lugar, aceptaban mascotas pero yo no traería una ¿Qué pasaría si el viejo señor Parker era alérgico? no podía darme el lujo de ser echada del edificio con una mascota en manos.

Al hablar con los vecinos logre deducir que el viejo señor Parker era una persona muy trabajadora, que no venía muy seguido a Canadá, es mas muchos se sorprendieron cuando les dije que el vendría dentro de poco. Pero todos los que lo conocen me dijeron que era muy buena persona, muy amable y educado.

 La señora Margaret del piso tres, una dulce anciana de ya unos 65 años de edad, bajita y de ojos verdes me invito a tomar café con ella en su departamento  así que hice unas cuantas masitas y las lleve. Toque el timbre, ella me abrió junto con un energético Golden llamado “Pequeño”. Salimos a su balcón, la ayude a colocar las elegantes tacitas de té junto con las masitas  y empezamos a hablar.

-Pensé que no vendrías. Perdona mi curiosidad pero ¿por qué andas preguntando tanto sobre el guapísimo señor Parker? -¿guapísimo? Vaya el viejo señor Parker es muy codiciado por las ancianas del edificio, ya que la señora Margaret era la tercera en decirme eso.

Frote la taza de té entre mis dedos dudando si debía decirle, la manera en la que había conseguido el departamento no era algo muy común, pero yo creo que la señora Margaret entendería.

 -Bueno, como me mudare con él y no lo conozco, simplemente preguntaba para asegurar como es el, me refiero a si es una buena persona y todas esas cosas

-Es todo un encanto, querida, te lo aseguro. Y también es muy apuesto –dijo la última frase como si fuera un suspiro. Y tampoco se veía sorprendida respecto a mi mudanza. -Que bien que vaya a volver, estoy segura que el señor Parker te parecerá una buena apersona.

-Eso espero. Por cierto gracias por invitarme el día de hoy.

-Está bien querida, puedes venir cuando quieras. Y si quieres la próxima traes al señor Parker.

-Emm…Claro ¿Por qué no?- dije nerviosamente, no sé si el señor Parker quiera visitar a su fan número uno.

Hablamos con la señora Margaret de varias cosas como por ejemplo ella estaba enamorada de George Cloney –y el señor Parker, obviamente-.

Después me fui a mi departamento, feliz de saber que el viejo señor Andrew era alguien confiable.

 Tres meses después…

Desde que me mude al edificio Gold garden, el señor Andrew me enviaba un e-mail por semana preguntando como me encontraba, si el departamento era de mi agrado y ese tipo de cosas y en uno de esos me asusto, porque el correo decía:

Querida Señorita Clark

Le informo que llegare a Canadá dentro de poco tiempo, no hay una fecha exacta. De todas maneras espero que nuestra convivencia juntos sea agradable.

Por favor arregle mi habitación, en el próximo correo le avisare que día llegare.

Atte. Andrew Parker

Me acuerdo que ese día me quede helada, y ese mismo día empecé a limpiar pero luego después de un par de horas al volver a revisar mi correo había otro e-mail del señor Parker y para ser sincera me sorprendió que el señor Parker para ser viejo sepa usar muy bien una computadora, me refiero a que la mayoría de las personas mayores no saben ni como prender una, o tal vez su asistente hacia todo eso por el- si eso debe ser-.