Capítulo 1: Infancia

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Segunda parte: Tato

Hay historias felices sobre empresarios que logran formar una familia feliz, y por otro lado hay tragedias. Una pequeña calle de Roma era testigo de una de las escenas más tristes que los habitantes habían percibido en toda su vida. Los gritos desgarradores del pequeño Salvatore lograban acallar el sonido de la sirena de la ambulancia que recogía el cuerpo inerte de su hermano gemelo. Un accidente de tránsito había dejado un niño muerto y otro con el corazón destrozado.

Todos hemos perdido a alguien importante, cuando se trata de una pareja es muy triste, pero ¿Qué pasa cuando se trata de tu alma gemela?, alguien tan cercano que su historia comenzó incluso antes de que nacieran y que cuando van tomando conciencia sabes que será tu confidente, tu mejor amigo, pero de repente la vida te lo arrebata en tan solo un segundo y en una situación tan cotidiana como regresar de la escuela a tu casa.

Salvatore sufrió mucho durante esa temporada, pero no hay nada que el amor familiar no arregle ¿No es así?, calro, sería una lastima que tus padres decidieran que es mejor dejarte en una escuela nueva, mejor dicho, un internado, mientras ellos se divorciaban. Durante días su madre ni siquiera lo miraba y su padre no paraba por la casa mas que para dormir. y así era diario, hasta que en un par de semanas lo dejaron en el internado de Venecia, el cual además de estar lejos de su casa, hacía intercambios a otros paises. Vió con coraje el auto de su madre alejarse, sin si queira despedirse de el, solo dejándole una tarjeta para la pensión de mil euros mensuales que le depositarían.

-Malditos sean-. Mumuró el niño al perder de vista el auto, al darse cuenta de lo que decía, asustado se persignó para luego caminar hacia su dormitorio.

-¡Ey, Zeli!-. Gritó una niña de su edad mientras corría feliz hacía el y lo saludaba con un abrazo fuerte. -No te preocupes, todo estará bien-.

María José era una pequeña niña delgada, rubia y pálida, con ojos azules tan claros que parecían grises. En un momento había sido la prometida de Salvatore por un acuerdo familiar.

-Supongo que el compromiso está roto-. Dijo riéndo levemente. -Al menos tú estás aqui.

-Y te presentaré a todos mis amigos para que no estés solo. Lamento lo de tu hermano y...

-¿Puedes llevarme a mi dormitorio?-. Preguntó en un obvio intento de cambiar la conversación, el cual fue notado por María José, quien sonrió y suspiró con ternura y tristeza.

-Vamos, está en el segundo piso del edificio B.

-Gracias, inicio clases mañana, no se si tenemos el mismo grupo -. Dijo mientras caminaban.

-Lo más probable es que si, tenemos el mismo promedio y nuestros apellidos inician con la misma letra.

-En verdad eso espero, no me gustaría iniciar solo.

-No te preocupes que puedes contar conmigo para lo que sea que salga.

Llegaron a la habitación, había dos camas y una de ellas estaba desarreglada. Salvatore dejó sus cosas en la cama libre y se dirigió al baño.

-¿Quieres que nos veamos en la tarde para enseñarte los otros lugares?

-Claro, yo solo -. Un silencio de varios segundos fue interrumpido por un grito y un llanto desesperado, María José entró en el baño para encontrar a Salvatore en el suelo retorciéndose y temblando mientras ponía las manos en su cara.

-¡Zeli! ¡¿Tato qué te pasa?!-. Gritaba desesperada. -¡Ayuda, alguien por favor!

-¿Qué te... Quién es el?- Entró el segundo habitante de aquel dormitorio, un chico alto y corpulento para su edad, quien marcó rapidamente el numero de la enfermería del colegio.

Olimpo: Una infancia complicadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora