Prólogo

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Jezabell estaba desconcertada, había cuerpos a su alrededor, chicos muertos, la sangre por todo el piso y lo lejos, Ángel, su amigo, el chico que un día antes, había prometido todo lo que sabía de los Dioses griegos, estaba en el suelo, muerto, irreconocible. Jeza quiso acercarse y tocar para ver si reaccionaba. Despertó, estaba en su casa, dormía en la cama de sus padres como todas las tardes, se tranquilizó al ver que todo había sido una pesadilla, pero su corazón comenzó a latir fuertemente cuando escuchó como alguien golpeaba deseseradamente la puerta. Se tapó con las cobijas hasta la cabeza y fingió que no escuchaba nada, pues así justamente era como había comenzado su sueño.

Olimpo: Una infancia complicadaWhere stories live. Discover now