Naruto: Un guardian cambió su destino (yaoi)

7.- Venganza en masa, el descubrimiento

Este capítulo se ubica en un punto medio del capítulo anterior.

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En la villa oculta de la hoja podemos ver a un pelinegro tirado en el medio de un campo de entrenamiento, cubriéndose los ojos mientras está acostado boca arriba, varios podrían decir si lo vieran a la distancia que simplemente está tomando una siesta, después de todo no tendría nada por lo que preocuparse, pero la realidad dista mucho de esto, una vez que alguien se acerque lo suficiente podrá escuchar el ligero sonido del llanto, que aunque casi imperceptible para la mayoría de las personas, no sucede con un cierto ninja que está velando por él a una distancia segura para no ser ubicado, por lo menos no con la concentración que actualmente el pelinegro tiene alrededor de su medio, muchos se sorprenderían de la debilidad de Shisui Uchiha, pero no lo mencionará porque él tiene la misma debilidad y aunque no fuera así, sabe respetar la vida privada de los demás así como le gustaría que hicieran con la suya, porque algo le dice que en sus mejores momentos podría ser capaz de encontrarlo, lo que debería ser imposible sin el uso de su kekei genkai, esto es solo una razón más para prestarle mayor atención, una muestra de respeto, reconoce sus habilidades, pero esa no es la razón principal de que lo esté cuidando, esto es para satisfacer su curiosidad sobre la relación que guarda con el niño que no pudo proteger, tal vez si no hubiera estado tan ensimismado con sus misiones de búsqueda y destrucción podría haber hecho algo, se hubiera encontrado en la aldea, hubiera visto la situación del niño, lo hubiera protegido una o dos veces, que aunque teme que no hubiera sido nada, igual pudo haber significado una diferencia, aunque reconoce que igualmente no hubiera significado mucha diferencia si se hubiera quedado como siempre que regresa a esta villa maldita en su hogar rodeado por cuatro paredes o frente a la piedra memorial, es un paría, un ermitaño que solo ha convivido con los otros solo en caso de ser completamente necesario y solo lo justo, hasta el hokage sabe que es imposible sacarle las palabras si no lo desea, tal vez de haberse mostrado más positivo y amigable hubiera conseguido la custodia de Naruto pese a la edad o la falta de recursos económicos, sin duda alguna Obito lo hubiera logrado, alguien que lucha por lo que quiere y nunca acepta un no por respuesta, por lo menos no a la primera, pero saber que no hubiera reconocido al hijo de su sensei a la distancia, que no ha estado cerca de él desde el momento en que nació hace que el vacío con el que vive se convierta en un hoyo negro que amenaza con tragarlo, se culpa porque en los 4 años que el niño ha vivido solo ha estado frente a él por un par de horas, en un tiempo que es obvio el chico no recuerda, hasta que alguien lo arrebato de sus manos y no se atrevió a luchar, estando seguro de que algún día lo recuperaría, sin saber que este día llegaría, donde todas sus esperanzas de cuidar del legado de su sensei están envueltas en un pedazo de papel que está fuera de sus manos, o eso pensó hasta que Pakkun, su perro ninja le hizo señas.

P- Kakashi, lamento interrumpirte y aún más guardar información importante, pero temía por lo que harías...- ok, con el tono que habló Pakkun era obvio que había algo mal y si encima consideraba que nunca se había disculpado esto tenía que ser demasiado serio como para dejarlo pasar, así que masajeándose las sienes trató de evitar la migraña que seguramente tendría al terminar el día.

Ka- Más vale que tengas una buena excusa...- no necesitaba hablar fuerte para mostrarle las implicaciones de haber tomado una mala decisión, con la voz calmada en el tono más frío que ha usado en la vida debería ser suficiente.

P- Puede que yo sepa la razón de porqué el chico abandonó la aldea- y así como hablaba y con la mirada baja tuvo que evitar degollar a su propio compañero, puede que ya tenga el título del asesino de amigos, pero todas esas veces fueron sin la intención y no debería cambiar eso aún.

Ka- ¡¡¡Habla ya!!!

P- Esta bien, pero prométeme que por lo menos serás discreto con los asesinatos- bueno, por lo menos algo bueno había, no le había hecho jurar algo imposible como el no castigar a los culpables, pero mencionar asesinatos solo hizo que sus peores sospechas parecieran juegos de niños, sin duda alguna los jinchurikis no eran personas queridas o deseadas, pero tampoco esperó llegar a este grado de seriedad.