Capítulo 14

9 2 20
                                    

Me levanto de golpe cuando siento la luz del sol apenas alumbrar el patio que está al frente de la celda. Es mi cumpleaños y tengo una fiesta. Solo tengo conocimiento de esta por un desliz de Hulk, quien me pidió que lo llevara como mi acompañante. Es incluso ilógico que invite a alguien a una fiesta de la que no tenía conocimiento pero como me dio esa información, creo que mi benevolencia y paciencia lo perdonan.

He intentado los últimos dos días averiguar detalles del evento, pero todos han sido supremamente cuidadosos.

Un guardia se detiene al frente de la celda.

—Stod —llama.

Tardo unos diez segundos en procesar que ese es mi nuevo apellido, pero ni aun así intento levantarme de mi cama.

—¡Stod o Turek, no tengo todo el día!

Alzo la cabeza y veo directamente a los ojos furiosos de Hills. Me balanceo hacia adelante poniéndome de pie y caminando hacia él. Sin decir otra palabra me entrega un paquete ligero sin ningún tipo de adorno.

Loren levanta la cabeza con curiosidad al ver mi regalo. Sorprendentemente no dice nada y vuelve a caer sobre su almohada. Miro alrededor para tratar de encontrar el remitente, pero todos parecen estar en cama aún. Bajo la mirada hacia el paquete, se ve sencillo y sin etiqueta. Rompo el papel que lo envuelve con delicadeza evitando cortes en las manos. Hay una pequeña nota encima, dejo el resto del paquete en mi cama y empiezo a leer.

¿Qué es una celebración? Es el acto de festejar un acontecimiento sin par. Y este día es algo sin igual. Feliz Cumpleaños Marcela. Amelia, Josh, Leti y Kathy.

Pdta. Hulk quiso poner su nombre pero no lo dejamos.

Pdta. 2: Debes usarlo luego del almuerzo y presentarte en el edificio de enfermería.

Vuelvo mi atención al resto del paquete y saco el vestido que tenía puesto el día que me atraparon. El vestido que la mamá de Kathy había hecho para mí. Es precioso sin duda, pero trae malos recuerdos. Lo estiro un poco y me doy cuenta que no es exactamente el mismo, las mangas han desaparecido y la espalda tiene un escote en x.

Tomo la nota de nuevo y me río para mis adentros, parece que la vía libre para Hulk estaba limitada hasta en una carta de cumpleaños.

Guardo el vestido de nuevo en el paquete con cuidado. Dentro de poco abrirán la celda y todas acudirán a las duchas. Casi todos los días intento ser la primera para evitar encontrarme con tantos ojos en el mismo espacio. Entiendo que todas somos mujeres pero no estoy acostumbrada a la falta de ropa.

Apenas oigo el sonido metálico que confirma que la reja está abierta, agarro la toalla y jabón y salgo hacia la ducha. Como siempre, me baño en menos de tres minutos y rápidamente coloco la toalla alrededor de mi cuerpo. Muy pocas reclusas han llegado a las duchas, algunas parecen demasiado dormidas para entrar al agua.

Me pongo el uniforme y me dirijo al patio. La formación inicial comienza en veinte minutos. Recuesto mi espalda en una de las columnas y me dejo caer poco a poco. Amelia aparece y me da un gran abrazo. Me dedica unas bellas palabras y unos cuantos besos en las mejillas.

—Siempre quise estar en uno de tus cumpleaños. Tu madre le enviaba fotografías borrosas a mi hermano de tus primeros años. Luego no sé qué pasó, Chris supuso que tu padre la había descubierto.

—Nunca me dejó decirle padre. —Trato de componer el rostro y fingir que eso no me afecta.

—Lo siento mucho. —Toma mi mentón y hace que la mire a los ojos —. Daría lo que fuera porque tu vida hubiese sido diferente, feliz y sin manchas de qué preocuparte. Que tuvieras un padre que te amara y una tía incondicional.

Contra-ManchaWhere stories live. Discover now