Capítulo 8

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Kathy ha estado durmiendo casi diez horas, luego que calmó el llanto compulsivo había quedado sin fuerzas para levantar los brazos, se recostó sobre mí y concilió un sueño inquietante.

De pronto veo una luz reflejar, me doy cuenta que han abierto una ventana para introducir dos pequeños recipientes y un plato lleno de panecillos. Encienden una luz tenue en la habitación, mis ojos duelen al recibir el impacto directo, volteo la vista hacia Kathy quien sigue durmiendo y trato de despertarla.

—Kathy —susurro meciéndola suavemente.

Despierta asustada y se aleja de mí, lleva sus rodillas al pecho y se abraza por unos segundos.

—Tranquila, nos han traído algo de comer. —Ella voltea su rostro y mira los panecillos. Se acerca a ellos y yo la sigo.

Comemos en silencio, sus sollozos han cesado pero sus manos tiemblan y se ve demacrada. Era lo último que esperaba para esta misión, tener a mi mejor amiga totalmente vulnerable a mi lado. Ella ha dicho que no es débil como lo pienso, sin embargo ir a la cárcel es un sueño aterrador para una niña promedio. Además acaba de ver como asesinaban a sus padres, ¡es demasiada información que procesar para cualquiera!

Gracias a la luz nos damos cuenta que hay un cuarto pequeño en la parte izquierda del salón oscuro, ojalá sea un baño. Nos turnamos para asearnos. Mi primera impresión es la diferencia con mi anterior hogar, la facilidad de encontrar agua aquí. Aunque en la casa de Kathy tenían una pequeña ducha e inodoro, nunca me había acostumbrado a ello. Generalmente, sacaba el agua yo misma para todas las necesidades de baño y cocina.

Dos horas después, alguien abre la puerta y dice mi nombre. Me levanto mirando a Kathy quien se escabulle hacia atrás para apartar la atención de ella. Me llevan de nuevo a la gran oficina del señor misterioso, el hombre está sentado en su silla esperándome, mientras tuerzo los ojos por la inevitable situación. Me sientan al frente de él, y se alejan hasta salir de la habitación.

Enveneno la mirada, irradio furia por mis poros. No tengo intención de tener una plática muy agradable y cruzo mis brazos para señalar mi punto. El hombre no se mueve y me observa con diversión. Parece que mi acto infantil lo divierte y no me agrada eso. Después de un largo minuto abre su boca.

—Bien Marcela, estás aquí para conocer el resultado de tu prueba de ayer —sigue sonriendo.

Intento parecer indiferente, pero la verdad me gustaría saber si me consideran una amenaza para el gobierno.

—Según sus mediciones comprobamos que no conoces a tu padre.

—Eso ya lo sabía, no era necesario comprobarlo con esa máquina.

—Es solo el procedimiento normal.

—Claro —bufo.

—Pero eso no es todo, tu examen revela que conoces el hombre de la última foto. Así que me veo obligado a volver a preguntarte ¿Conoces a este hombre? —dice levantando la fotografía.

Gracias a su argumento previo estoy preparada para la pregunta.

—No —digo firme.

—Sabemos que es un hombre intimidante pero ayer tu cuerpo reveló que lo conoces. ¿Sabes quién es él?

—Preguntarlo de varias maneras no va a cambiar mi respuesta.

Se acerca a mi furioso, si alguna vez Crull me intimidó, este hombre me espanta. Se levanta de su silla y pasea por la oficina.

—Espero que su amiga se esté recuperando —cambia completamente de tema.

—No creo que lo haga —escupo. Su furia se convierte en curiosidad.

Contra-ManchaWhere stories live. Discover now