Rechazados

6. ¡Touchdown!

— ¡Will! ¡Hermanito lindo, precioso, amoroso! —le grite — ¡Ven aquí!

Espere hasta que la puerta se abrió y me encontré con un Will a medio vestir.

— ¿Qué pasa Sky? —pregunto mientras metía su pierna en el pantalón.

— ¿Tienes alguna venganza en mente? —le pregunte. Daniela me miro con cara de ¿Qué? ¿No que tu tenías una idea? WTF?

La verdad es que no había pensado en nada, solo quería darle un toque de intriga a la conversación ¿Pero que les puedo decir? Soy una mierda para las venganzas. Soy tan mala pero tan mala en eso que como mejor venganza se me ocurriría quebrarle la punta a la punta de su lápiz ¿Ven?  Soy toda una chica ruda, grr.

—Humm— pensó mientras llevaba una mano a su mentón —No, no se me ocurre nada —dijo mientras se abrochaba los Tacos*

— ¿Vas a jugar? —le pregunte.

—Si ¿Por qué? —pregunto sosteniéndose del marco de la puerta haciendo una pose "sexy"

— ¿Puedo ir contigo? —pregunte haciendo un puchero.

—No —negó.

— ¿Porque no? —le pregunte.

—Tu sabes que no me gusta que estés con mis amigos —me fulmino—son unos pervertido de primera.

—Pff vivo contigo, ya me acostumbre —le sonreí burlona.

—Me da igual—respondió en tono duro —tu no vas a ir —dijo mientras se giraba para salir.

Me pare de la cama como flash y rápidamente corrí hacia el empujándolo, provocando que callera al suelo y yo junto a él.

— ¿Pero qué...? —Pregunto desorientado — ¿Qué mierda? —me quedo mirando.

No le preste atención y me aferre a su pierna derecha.

—Por favor por favor por favor —le pedí —Por favoooooooor —poco menos me ponía de rodillas y le rogaba.

—No —se negó tratando de quietarme de su pierna.

—Oh vamos —dije aferrándome aún más a su pierna —por favor —le hice un puchero.

Will se quedo mirándome unos segundo, por un tiempo frunció el ceño, luego lo suavizo y finalmente después de unos segundo los volvió a fruncir.

—No —se negó nuevamente.

Enojada me levante del piso.

—Eres un mal hermano, eres una mierda de hermano —le solté furiosa —no me vuelvas a hablar, imbécil —le grite. Le enseñe mi dedo corazón y para luego entrar a mi habitación y cerrarla de un portazo.

Una vez dentro recordé que estaba Daniela, la cual estaba muerta de la risa.

—Oh pero que madura —ironizo mientras reía.

—Cállate —le dije mal humorada.

Tome un libro de la repisa y lo lance contra la puerta.

— ¡Hey Hey! Cálmate —dijo mi amiga mientras se levantaba al recoger el libro recién lanzado— Ellos no tienen la culpa —dijo acariciando la portada del libro.

Le iba a responder, cuando escuchamos unos suaves toques en la puerta.

— ¿Quién? —gruñí.

—Sky —me llamo Will —Abre la puerta

—No —le conteste cortante.

—Vamos, ábreme —pidió.

— ¡Que no! ¡Vete! —le grite.