18. La mejor prima del mundo

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— ¡Chicos! —grité desde la cocina al ver como la pantalla de mi laptop se iluminaba al tener una nueva video llamada; de mi padre.

Al presionar la palabra Aceptar se me permitió ver a mi padre y a Cristie con unas camisetas floreada y unas sonrisas gigantes.

— ¡Aloha! —saludaron al unísono.

— ¡Hola! ¿Cómo les ha ido en Hawái?

— Muy bien —respondió con una sonrisa Cristie—¿Dónde están mis hijos? —frunció la pelirroja por naturaleza.

— Los llame pero... me ignoraron. Un segundo —me levanté de la encimera y cogí un jarrón con agua.

Subí las escaleras sin prisa alguna hasta llegar al cuarto de Will. Quien dormía profundamente.

— Will, ¿Por las buenas o por las malas? —lo miré desde la puerta.

— Tengo sueño...

— Papá está llamando desde sus estupendas vacaciones, se bueno y levanta ese trasero por el cual deliran... — rodé los ojos

Mi hermano solo respondió con un ronquido.

Suspiré y dejé que un chorro de agua cayera lentamente sobre su cabello.

— Hum... —gimió —en un minuto bajo, odiosa.

Lentamente salí de su cuarto y entré al siguiente.

Abrí la puerta, era el de Logan. Era más ordenado que Will pero más desordenado que Josh.

Cubierto de Posters de bandas, autos, mujeres, acompañado de un librero y un escritorio en la esquina de la habitación.

Y para mi sorpresa el pelinegro no dormía, ni siquiera se encontraba en el cuarto.

Fruncí el ceño y le eché otro vistazo. Oficialmente no estaba.

Cerré la puerta y le puse el pestillo.

No, no veré su ropa interior en secreto.

Abrí las persianas y me acerque a su estantería. No hay nada de malo en cotillar un poco en las cosas de tu hermanastro, ¿o sí?

Comencé a caminar por el cuarto analizándolo todo, desde los cuadros con fotos sobre su escritorio hasta la ropa tirada en una esquina.

Me acerqué lentamente al estante y comencé a leer mentalmente los títulos de los libros que en este se encontraba. Lo admito, estaba algo sorprendida al darme cuenta que Logan (mi hermanastro supuestamente sin cerebro) tenía libros bastante interesantes.

Tomé uno que llamó mi atención, "el alquimista" siempre lo había querido leer, pero por una u otra razón nunca lo leí. Ni siquiera lo tenía.

Lentamente lo guarde bajo mi camiseta. No era un robo si después lo devolvía, ¿verdad?

Me giré como si nada hubiese pasado y me aproximé hacia la puerta. La abrí y miré para todos lados. Nada.

Ahora... veré su ropa interior😊

Nah. Quizás otro día.

Era el turno de Josh.

Tatareando una canción en español fui hacia su habitación y toqué la puerta.

— ¡Jooooooooshh! — grite como toda una dama.

— ¿Queee? — respondieron del otro lado como todo un damo.

— ¡Miii papá y tu mamá en Skype! ¡Ven!

Sin más que decir salí corriendo hacia mi habitación. Solo estaba Will.

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