16. Actualidad: Sin Crush.

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Golpeaba sin cesar el piso de autobús en el que iba, intentando calmar mis nervios. Finalmente tenia trabajo y yo estaba que no podía más de los nervios

El tiempo pasaba mas que lento, mis nervios aumentaban y preguntas brotaban en mi mente.

¿Como sera el lugar?

¿El dueño me contratara o cuando me viera me mandara a la esquina a ver si esta lloviendo?

Preguntas por mas estúpidas que fueran que no dejaban de atormentarme y aunque no lo quiera admitir estaba muy preocupada y ansiosa por ver a Aaron. 

La maquina giro a la derecha y supe que era el momento de bajarme.

Cuando mis pies pisaron el asfalto sentí mis piernas temblar. Seque mis manos sudorosas en mis Jeans y seguí caminado, recordándome como respirar en voz baja.

El suceso con mi actual hermanastro años atras paso por mi cabeza. Diferentes situaciones, sin embargo, mismo sentimiento.



Abrí cuidadosamente la puerta haciendo sonar una campanilla, todo el personal se giro hacia donde estaba yo. Con las mejillas enrojecidas me aproxime hacia el mesón.

Era un sitio amplio, con mucha gente charlando animada por todo el recinto, mientras que chicos y chicas corrían de un lado al otro con bandejas, pequeñas agendas y un lápiz en la oreja.

Busque con la mirada alguien que pudiera ayudarme.

A lo lejos vi a Aaron atendiendo un grupo de chicas que lo miraban con cara de cordero degollado mientras el tomaba su pedido.

— Hola —saludaron a mis espadas, sobresaltada me gire y me encontré con un hombre de unos 50 años aproximadamente —. ¿Necesitas que te atiendan?

— Eh... no, osea... venia por el puesto de camarera.

— Lo siento, se lo di a una amiga de Aaron —hizo un puchero.

— Creo que yo soy esa amiga. El  lo llamo hace unos días y le pidió el trabajo para mi.

— ¡Oh, Hola! Soy Bill. ¿Cual es tu nombre? Espera que llamo a Aaron. ¡Aaron! 

El castaño se giro y nos vio. Se aproximo con una sonrisa en la cara.

— Hola.

— ¿Esta es la amiga de la que me hablaste?

Asintió con la cabeza.

— ¿Que esperamos? Hay mucho trabajo —respondió sin mas problema. Aplaudió apurando a algunos chicos que caminaban de un lado al otro —Tu uniforme esta en la cocina a la derecha, la zona donde se guarda la escoba y esas cosas. Te puedes cambiar ahí o en baño —hablo rápido mientras verificaba su teléfono y salia en la dirección contraria.

— Hola —saludo Aaron besando mi mejilla.

Salí de mi trance por haber conseguido el trabajo tan fácilmente y le sonreí agradecida.

— Gracias por el trabajo

— No lo agradezcas para mi es un honor tenerte como compañera, así te conoceré más —sonrió mientras acomodaba la comida en su bandeja.

— Supongo.


Una vez estuve lista mi compañero de clase y ahora de trabajo me enseño todo lo que tenia que saber para se una buena camarera.

Aunque debía tomarme un gran momento para aprenderme los precios ya que eran muchos.

El primer día no fue tan agotador ya que solo debía limpiar y ordenar las mesas luego de que los clientes se fueran y repetir en mi cabeza una y otra vez lo que valía cada cosa.

RechazadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora