Dama de honor

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La boda de Darla y Juan Artiaga se celebraría en menos de dos semanas y todos en el castillo estaban atareados y estresados, pues la consentida del rey había puesto muchos requisitos y especificaciones para aplazar más la fecha si era posible.

La costurera paseaba del brazo de su cuñada por los jardines del castillo, su amiga y cómplice le había pedido que fuera la dama de honor de su boda y como ahora era la novia del príncipe, era apropiado que lo fuera por lo que tuvo que aceptar, aun cuando ella quería ver a Darla casada con otra persona...

Fran y Hugo estaban jugando esgrima en el salón para distraerse, el ahora soldado era mucho más bueno en el juego que el propio príncipe.

— Vaya, no debí haberte enviado a ese ejército, ahora eres la mejor espada del reino — se burló Hugo

— Acostúmbrate y admite que soy mejor que tu — le molestó el chico

— Vale, eres mejor que yo...

— ¡Vamos! No tienes por qué ser condescendiente conmigo, está bien que esté un poco triste por lo de Darla pero no debes dejarme ganar

— ¿Un poco triste? Fran... Ainhoa me dijo que no has dormido bien desde que llegaste

— Tu novia es una chismosa — le molestó y Hugo se rio

— Solo queremos verte bien

— Estoy bien, en serio — le sonrió el mejor amigo y volvieron al juego

En el taller, Darla revolvía el baúl de telas de la costurera y dejaba un desastre a su paso, pero Ainhoa lejos de enojarse o estresarse por ello, se sentó en un sillón a observarla.

— Tal vez si me dijeras que estás buscando podría ayudarte — sonrió la costurera

— No, no, no estas telas son bonitas, pero yo quiero la tela más cara del reino y si no la consigo hoy tendremos que aplazar la boda...

— ¡Darla! He rehecho tu vestido de novia cinco veces, ¿podrías parar? O por lo menos buscar otra cosa que modificar

— ¡No, el vestido de novia es lo más importante de una boda! — exclamó alterada y Ainhoa se rio — Bueno, ya que mi vida es miserable, por lo menos el vestido tiene que perfecto

— ¿Quieres un consejo? Tal vez deberías enfocarte en ti, deberías hacer ejercicios para relajarte, tomar té, dormir más

— ¡Lo que necesito es un día de compras con mi dama de honor! — sonrió la chica y jaló a su amiga hacia la salida

Daniela ya estaba más recuperada, se encontraba en el jardín observando como las doncellas ponían jarrones de flores en cada pilar que había en el reverdecido lugar.

A lo lejos divisó a su marido, el pobre hombre no podía controlar su mal genio, llevaba semanas convenciéndose a sí mismo de que su pequeña princesa debía desposar a ese indeseable por el bien del reino, pero no podía evitar preocuparse por la seguridad de su delicada hija.

— Que le toque un cabello contra su voluntad y le corto la mano— dijo el hombre cuando estuvo junto a su esposa

— Rogelio, tú fuiste quien arregló ese matrimonio en primer lugar— dijo la mujer, con calma

— Claro que lo hice y no me detuviste, en cambio te ves tan tranquila... — dijo

— ¿Cuándo me has hecho caso? Por eso mejor me ahorro las molestias de enfrentarme a ti en algo— le alegó la mujer sin levantar la voz

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⏰ Last updated: Jun 14, 2018 ⏰

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Azul ReyWhere stories live. Discover now