Capítulo 9: No finjas conocerme

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Me llega un mensaje de Leonard diciéndome que a mi madre se le presentó una urgencia que amerita su presencia, así que se disculpa por no poder recogerme. Me menciona que Brad me llevará a casa, que mi madre ya le avisó y que solo debo esperarlo.

— ¿Sucede algo? —me pregunta Vane después de observar mi cara de aburrimiento.

—Nada —sonrío, aunque nuestra amistad está mejorando, hay cosas que prefiero guardar para mí.

—Ya me anuncian que han venido por mí —me responde mirando su celular—, además, tengo un mensaje de Susana pidiendo que nos reunamos para conversar, es el momento perfecto para saber qué le pasa —alza el rostro de la pantalla—, te estaré contando ¿Okey? —amplía su sonrisa y yo asiento en modo de respuesta.

Vanessa se despide dándome un abrazo que me toma desprevenida por un momento, pero aun así me gusta. Suspiro cuando me quedo sola y le envío varios mensajes a Brad diciéndole que lo esperaré en los parqueaderos. No quiero estar esperando con los ojos de todos sorbe mí.

Voy a los parqueaderos y me siento más relajada cuando noto que está casi vacío, me siento en un muro a esperar sin dejar de mirar el reloj del celular y mi chat con Brad, ni siquiera ha visto los mensajes.

No quiero ser cansona, pero me aburre esperar, así que decido llamarlo.

— ¿Si? —responde a la tercera llamada, se escucha un poco agitado.

—Hola Brad —jugueteo con varios mechones de mi cabello y camino en círculos, estoy pensando en las palabras correctas—. Emm... ¿Mi madre te llamó?

—Nop —responde secamente y frunzo el ceño. Me parece muy raro, ni Leonard ni mi madre mentirían y sé que tampoco se les olvidaría, tengo prohibido andar sola por la ciudad.

—Ah... vale, es que Leonard no ha podido recogerme...

—Emma, ahora estoy entrenando, te llamo en un par de horas cuando termine —y me cuelga sin dejarme responder.

—Maldito bastardo —insulto con el móvil todavía en mi mano.

Listo, no voy a esperarlo y mucho menos llamarlo de nuevo, nada me va a pasar por irme caminando a mi casa, me sé el camino de memoria y no tengo otra opción. Además, no creo que mi madre se entere. Guardo mi celular y alzo mi rostro, volteo e inmediatamente pego un salto cuando descubro que Stefan está a escasos metros de mí, y con una sonrisa extraña en su rostro.

—Hola —me saluda como si nada.

— ¿Sabes que puedo demandarte por acoso? —le reprocho inmediatamente.

— ¿Problemas en el paraíso? —su pregunta me desconecta por unos segundos, pero cuando la comprendo me quedo muda, escuchó mi charla con Brad.

—Definitivamente te ganarás una demanda.

—Ajá —se ríe, y mentiría al decir que no me gusta su risa.

— ¿Qué haces sola? —sus ojos chocan con los míos y nuevamente me siento hipnotizada con ellos, así que volteó mi rostro para evitar su mirada.

—Si ya sabes la respuesta no entiendo el porqué de tu pregunta.

—Una cosa es creer saber la respuesta, otra muy distinta es saberla.

—Que intelectual —pongo los ojos en blanco y camino intentando ignorarlo.

—Vaya Emma, ya estas dejando de actuar ser la perfección absoluta —bromea a mis espaldas.

—No sé qué pretendes, pero me desquicias.

—Eso es justo lo que pretendo, desquiciarte... por completo —la última frase la susurra, pero la entiendo perfectamente, me quedo sin aire por unos segundos, así que me detengo y volteo a mirarlo.

Tentando al Ángel | 1.0Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ