Capítulo 36

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Siete meses después de el encuentro entre Ari y V.

En la vida de Ari y Taehyung habían cambiado muchas cosas; por un lado se encontraba Ari, que después del encuentro con Taehyung no volvió a ser la misma con Jungkook y tuvo que dejarlo para poder enfrentar sus sentimientos y ponerle fin de una vez por todas. También encontró un trabajo temporal mientras compaginaba sus estudios, no era gran cosa decía ella, pero ahí estaba. 

Luchando contra sus propios pensamientos.

Por el otro lado estaba Taehyung, las palabras de su mejor amigo le retumbaron tanto en la cabeza que al final hizo lo correcto para su salud y para él mismo, dejó el boxeo y junto a él, dejó al Taehyung del pasado. 

Él también encontró un trabajo, aunque estable. Taehyung trabajaba en un gimnasio, había enfocado todo lo que aprendió en el boxeo para conseguirlo. Era gran cosa, decía él. Taehyung siempre había sido un chico con un gran entusiasmo para las cosas, aunque su mente siempre se inundaba de Ari, pero ahí estaba.

Luchando contra sus propios pensamientos.

Y es que en tan poco tiempo, estas dos personas habían conseguido tanto separados que el destino era tan sabio con las personas que merecían estar juntas, ¿y Taehyung y Ari no era una de esas personas? 

Taehyung siempre era una persona que creyó en el destino justo en el momento en el que se cruzó con Ari en aquel aeropuerto, y aunque Ari se negaba en creer, ella también sentía muy interiormente que conocer a Tae era parte de su destino. 

Y hablando de destino, después de siete meses de alejamiento entre estas dos personas, aquel día por la mañana este magnífico destino les pondría de nuevo frente a frente en una situación bastante curiosa.


Ari se encontraba enfrente de un gimnasio, era su primer día frecuentando ese lugar ya que su mejor amiga Mel le insistió en apuntarse e ir juntas ya que, según ella, ''necesitaba adelgazar unos kilitos después de la luna de miel''. Ari siempre se lo negaba, le decía que estaba perfectamente buenorra. Pero ella erre que erre con que no, así que allí se encontraba ella, en aquel gimnasio. Sola, porque al día anterior Mel había cogido la gripe, ''maldita embustera'' pensó Ari colgando el teléfono aquella noche. 

Se dirigió a la recepcionista con la que compartió unas cuantas palabras y después se introdujo en aquel recinto mediante una barra de seguridad en la que tenía que poner una cutre pulsarita rosa. Observó la cantidad de personas que se encontraban en el gimnasio y por un momento se sintió pequeñísima; ''maldita Melani'' maldijo para sus adentros.


Un día más para el ''machaca sacos'', así le llamaba Jimin a su compañero y amigo Taehyung, un día más en su constante rutina, que a veces se le volvía ultramente pesada, pero era lo único que tenía. Su mugriento saco que golpeaban cientas de personas que recorrían día tras día las tantas clases que partía en aquel gimnasio.

''Hoy será distinto'' pensó Taehyung introduciéndose a la primera clase que partiría en esta energética mañana.

Y tan distinto sería el día que nunca se imaginaría a quién tenía enfrente esperándolo de espaldas. Y es que entre tantas personas él la reconocería al instante, reconocería ese pelo, esa espalda, esas piernas.. era ella, era su Ari. 

''Hoy será distinto'' susurró Taehyung para él mismo.

-Buenos días, señorita.-Dijo Taehyung llamando la atención de aquella chica de cabellos rojizos. 


Ari se quedó muda al reconocer la voz masculina que acababa de escuchar, y es que ella reconocería esa voz hasta en un sitio con la música alta o con veinte mil personas hablando y armando jaleo. Era él, era su V.

Aparte de quedarse muda, se quedó paralizada y es que para nada se esperaba que al apuntarse a este ridículo gimnasio le llevaría a encontrarse con él, frente a frente.

Y es que así era esto,

así era el destino, 

de puñetero o de agradecido. Ari aún no sabía bien la respuesta.




No more dream. {BTS-V}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora