Capítulo 7.

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Sábado por la mañana.

Changbin no había dicho más sobre su pequeña e intrigante confesión y Felix había decidido que no estaba en posición de preguntarle que le explicara todo. Él le diría cuando estuviera listo. De todas formas Felix no podía evitar sentir gran curiosidad acerca de ese "Creo que ya lo he hecho". ¿Qué quería decir con eso?

Los dos se quedaron fuera por un rato más, hablando de cualquier cosa hasta que Felix se dio cuenta de que tan tarde era (12:30 am) y recordó que tenía práctica la mañana siguiente. Él estaba algo molesto porque no había podido tener su práctica nocturna debido al juego de hockey y tendría que reponerlo después. Pero Changbin no se sintió ofendido, él dijo que probablemente había un par de fiestas en las que lo esperaban.

Por supuesto.

Ellos habían caminado hacia los dormitorios juntos y Felix ni siquiera había notado el hecho de que Changbin lo había acompañado a su habitación hasta que estaban ahí; y por primera vez en su vida se sentía decepcionado de no vivir en los dormitorios más lejanos. A él le gustaba esta amistad, era simplemente eso. Era agradable y fácil en una manera en la que mayoría de las cosas ya no lo eran.

Él despertó la mañana del sábado, totalmente tranquilo, a las nueve en punto; un cambio agradable a comparación de los días entre semana cuando despertaba a las 4:30 am. Si era honesto, esa había sido una de las noches en las que más había dormido desde hace un buen tiempo. Minho aún estaba dormido en su cama, obviamente, roncando fuertemente con su boca totalmente abierta. Felix tenía el presentimiento de que cuando Minho despertara, sería con una desagradable resaca, así que siendo el mejor amigo del mundo decidió dejarle una botella de agua y una aspirina en el tocador de noche.

Vistiéndose rápidamente, se puso su equipo sin mucha dificultad (lo que significaba que casi se mataba tratando de entrar en sus pantalones. ¿Por qué tenía que ser tan torpe fuera del hielo?) y colgó su mochila en el hombro, saliendo de la habitación, cerrando al puerta gentilmente mientras lo hacía. Nadie más estaba despierto, o al menos eso parecía. Felix caminó fuera del edificio en completa calma, finalmente teniendo un rato de silencio para él y el patinaje.

Después de la horrible práctica de ayer, Felix había pensado que su habilidad en el patinaje estaba desapareciendo, lo cual le asustaba más que nada en el mundo. Las únicas cosas que había aprendido a amar eran su familia, Minho y el glorioso deporte sobre hielo que practicaba con una incomparable pasión. El sólo pensar en perder eso era completamente devastador. No, era inconcebible. No podía dejar que pasara. Así que, aunque sólo tuviera dos horas de práctica con su entrenadora privada, él se quedaría dos horas adicionales en la pista para perfeccionar sus rutinas (no sólo la de su prueba Freeskate).

La pista estaba algo ocupada cuando llegó ahí, pero no tanto como durante los días entre semana. Lo cual no tenía sentido, ya que los patinadores tenían mucho más tiempo libre los fnes de semana, pero como sea. Grupos de patinadores pasaban por montones, riéndose por una cosa o por otra. Algunos de sus compañeros de equipo estaban también ahí, pero se encontraban muy concentrados como para notar a Felix.

Notando que aún tenía un poco de tiempo, Felix se sentó en una de las bancas y se estiró lentamente, saboreando como sus músculos que siempre estaban tan tensos se extendían. Se puso sus patines no mucho después, atando sin siquiera prestar atención, Felix era capaz de entrar en auto-piloto porque esa era una rutina que había practicado por mucho tiempo. Una vez que estaba listo, él caminó hacía la entrada de la pista y se paró en el hielo, comenzando a patinar alrededor de la pista, por simple hábito. Su entrenadora ya estaba ahí, él lo sabía, pero ella aún estaba terminando con uno de los otros patinadores.

Corazones sobre hielo. [Changlix]Where stories live. Discover now