No soy otra típica rubia

Un salto hacia el vacío.

No sé si estos dos días que han pasado desde los incidentes son hermosos o desgarradores.Por un lado, estoy concentrada en la escuela, surfear con mi mejor amigo Chris (que por cierto se ha demostrado muy interesado en colaborar con mi bienestar), tomar unas bebidas en Malibu's Break y transformarme en una completa niñita siendo mimada por mi madre. No me quejo, por algo digo que no sé si decir que estos días han sido hermosos o desgarradores.

Ahora, ¿Desgarradores? ¿Por qué?

Porque aún no he hecho nada productivo con tal de avanzar con mi vida.

Cero contacto con Lia y Jace; nos hemos evitado todo este tiempo.

¿Y Max? Max y yo somos como dos extraños dentro de la misma casa, como siempre, solo que ahora es más intenso de lo normal.

Y me imagino que se estarán preguntando qué habrá pasado con el maldito de Travis Brown. Ni yo sé que le pasa. Es en serio, me confunde. Sigue con sus estúpidas bromas pasajeras tratando de hacerme rabiar, pero después, me llama al llegar de clases para saber cómo estoy.

¿Qué le está pasando al mundo, joder?

Caminé hacia la escuela esperando encontrar algo bueno, quien sabe, tal vez Chris me aguardaba un rico café mañanero. Hoy decidí caminar, como lo habrán notado, pero era por la simple razón de que mamá necesitaba el Jeep, y como Max es un chico súper popular que no puede arruinar su reputación de capitán del equipo de fútbol y chico más "sexy de la escuela", estaba más que claro que se iba a negar a no llegar en automóvil a su reino.

Falso, superficial.

A los segundos de estar por llegar, el coche de Max llega lujuriosamente y se estaciona. De éste, se bajó el susodicho y de sorpresa, su nueva novia, Lia Mckenzie, aquella destacada chica que solía ser mi mejor amiga.

Me da una pequeña puñalada en el corazón al pensar aquello.

Esto no puede estar pasando.

Sacudí mi cabeza, con fin de ignorar ciertos pensamientos, y me dirigí hacia los interiores del instituto. ¿Cómo es posible que aún no se nos dé la oportunidad para arreglarnos?

Sí, lean bien lo que sigue, porque no lo repetiré.

Quiero a mi mejor amiga de vuelta.

Siento de pronto, que en mi trayecto, las chicas y chicos comienzan a voltear para admirar y cotillear sobre los nuevos reyes de la escuela.

¿Cómo no les llamará la atención, que Max Williams, el chico más popular, haya logrado conquistar, recién saliendo de una relación amorosa con Stewart, a  una de las chicas más guapas, sexies, difíciles y coquetas de toda la secundaria?

Me estanco acercando mi cuerpo hacia uno de los casilleros.

Realmente se ven muy bien juntos. Se puede notar, simplemente en sus sonrisas, que están felices.

Espero que Max no le haga daño.

Resoplo. Tal vez toda esta estúpida distancia es solamente por mi culpa.

Unas cálidas manos tapan mis ojos, impidiéndome seguir contemplando el espectáculo que arman los estudiantes al ver a la pareja.

- ¡Oye! -exclamé con cierta diversión en mi voz- ¡Chris, joder! ¿Cuándo te aburrirás de hacer esto?

- Cuando descubras que no siempre sera Chris el que te tape los ojos. -dijo una voz, que definitivamente no era la de mi mejor amigo, era mucho más grave y ronca, y con tan solo escucharla me hizo estremecer por completo.

- ¿Es en serio? -me quité rápidamente de su agarre- ¿A dónde mierda quieres llegar con todas estas inesperadas bromitas?

- A tu lado, rubia. -dijo con su mirada penetrante y una leve sonrisa.