La peor verdad

936 52 6
                                    

Tyler

 

Mamá me tenía como un interrogatorio policial. Había llegado temprano del trabajo y obviamente, vio mi irreconocible rostro. Aunque ya le había dicho que me había caído, no me creía en lo más mínimo. Si, Tyler ¿Cómo de una simple caída puedes conseguir un ojo morado, un labio roto y un moretón en la mejilla? Será cayéndote de un precipicio y aun así estarías muerto. Era el perfecto “bufón de las excusas”. Ya mamá me había limpiado mejor mis heridas a pesar de mis quejas. Ahora estaba frente a mí con las manos en las caderas, mirada severa y expectante y yo, sentado frente a ella como un condenado frente a la corte.

-          ¿Vas a decirme quién te hizo esto o no?- preguntó por millonésima vez.

Me mordí el labio, siendo una mala idea porque me quejé del dolor. Diablos. ¿Qué le diría? Vamos Tyler, improvisa. Solo necesitas concentración, meditar y meditar hasta que una buena idea llegue a ti como un relámpago.

-          Tyler- llamó mi madre-. ¿Quién te hizo esto?

Tragué saliva. No podía decirle que Josh me había propinado un gancho: me colgaría antes de decir la verdad. Mi vida ya estuviera contada con los dedos si cuento lo que sucedió. Josh me terminaría de asesinar y estoy seguro que lo haría. Y ni de mencionar a Donovan, no, no y no. Les diría a sus amigotes sin cerebro y me liquidarían en un santiamén.

-          De acuerdo- suspiró, acomodándose el cabello tras su espalda-. Como no quieres hablar, hablaré con la escuela.

Demonios ¡Eso era mil veces peor! Me levanté de un salto ante la terrorífica idea y la detuve. Me miró como si estuviera loco. Yo solo susurraba un “no”. Vamos mamá, apiádate de mí…

-          ¿Por qué no quieres que llame a la escuela?- me cuestionó alarmada.

¿Por qué? Oh madre mía, eso es una buena pregunta. Número uno: porque el director no sabe qué diablos sucedió y citará a mis verdugos. Número dos: porque es mucho mejor resolver esta situación con una linda mentirita que no matará a nadie y número tres: ¡Que voy a morir, joder, voy a morir! ¿Es que no lo comprendes, madre?

-          P-Por qué…yo…yo…

-          Tyler, por favor, dime quién te hizo esto- rogó con preocupación-. Hijo, no voy a permitir que te hagan daño.

Ja, eso dímelo luego de que Donovan, Josh y todo el equipo de football pisotee mi cuerpo.

-          Yo…

-          Tyler- pronunció mi nombre, esta vez realmente molesta. Oh oh-. Sino me dices quién diablos te golpeó, voy a tomar tus zapatillas de baile y las botaré al basurero.

¡No! ¡No mis zapatillas de baile! ¡No! ¿Por qué no botas los malditos libros de la escuela, ah? ¿Por qué no esos, madre?

-          Fue Josh ¿Sí? Josh me golpeó- confesé sin pensar, llevándome las manos a la boca de inmediato.

Mamá entonces abrió la boca con desconcierto. Mierda, mierda y más mierda ¿Qué había dicho? ¿Por qué lo dije? ¿No pude inventar un nombre falso como: Pepito Francisco? No, tuve que decir la verdad. Estúpidos impulsos.

-          ¿Josh te hizo esto?- me preguntó realmente abrumada.

La puerta se abrió y con ella entró la figura de Josh. Joder, ya estaba muerto. Josh se apoyó de la puerta una vez cerrada, jadeando y limpiándose el sudor de su frente ¿Se habrá fugado de clases? No me extraña de él. Enseguida, mamá caminó hacia él hecha una fiera, tomándolo del brazo.

Different MindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora