Cicatrices del pasado

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Josh

 

El  día había sido una total mierda. No había podido terminar “mejor”. Quería huir, quería comenzar de cero, quería desaparecer justo ahora. Las cosas habían marchado bien hasta ahora. Le había contado a mi hermano que me gustaba Sue. Esas cosas son un hecho histórico en mí, jamás le había contado secretos hasta hace siete años atrás. Yo ya comenzaba a planear mi separación de Madison y luego sucede esto. Sí, me sentía como una total mierda pero no iba a volver a vivir lo que pasó cuando tenía diez. No, no y no. Me rehusaba a ser débil. Había abierto mi dura coraza a ellos dos, casi tanto como la confianza entre Paul y yo pero ya no podía volver a hacerlo. Había arriesgado mucho, había alterado el orden natural de las cosas.

Me dolía el corazón al recordar cuando golpeé a Tyler. Si, ya sé que le había hecho mal mucho antes pero jamás le había estampado un puño a su cara, nunca.

Pero era la forma que yo conocía de hacerme respetar, que los demás dejaran las habladurías sobre mí, que mi reputación se mantuviera firme. Era una desgracia de persona, la peor de todas, pero este era el “yo” que tenía que mantener para ellos y el “yo” verdadero para mí mismo.

Me senté en el asiento de copiloto de Paul, colocándome el cinturón de seguridad. Lo había llamado para que me recogiese. Quizás él podía ayudarme. Lo necesitaba ahora más que nunca.

-          Vine en cuanto pude- dijo mientras aceleraba, saliendo de la escuela-. ¿Qué sucedió?

-          Soy una persona de mierda, eso es lo que soy- me subestimé cubriendo mi rostro con mis manos. Esto me estaba matando más que el sucio negocio en el que estoy metido.

-          ¿Por qué?- inquirió Paul con inquietud.

-          Por qué no puedo hacer nada bien- expresé alzando mi timbre de voz-. Soy un completo idiota. No puedo ser yo mismo ¿Entiendes? Todo parecía mejorar y he metido la pata hasta el fondo- golpeé la guantera del auto con mi puño, que aunque me dolió no podía compararse con la ansiedad y el pesar que sentía en mi pecho.

Me recargué en mi asiento siquiera sin mirar a Paul. El auto se detuvo en algún lugar. Paul puso el freno de mano. Lo vi por el rabillo del ojo. Me miraba, haciendo una seña para que continuara.

-           Golpeé a Tyler…

-          ¿Qué hiciste que?- bramó Paul incrédulo.

-          Fue lo primero que pensé luego de que me humillaran- me excusé con desesperación, haciendo señas con las manos y Paul me frunció el ceño-. Si, ya sé que la cague Paul, no tienes por qué decírmelo…

-          ¿Quién te humilló?

Contuve una risa ahogada para luego mirarlo.

-          Mi querida novia- respondí con sarcasmo-. ¿Puedes creerlo?

-          ¿Madison?- me interrogó y yo asentí-. ¿Y qué te dijo?

Respiré lo más profundo que pude y me recargué en el asiento, mirando hacia la ventanilla. Tan solo recordarlo me hacía sentir mal, rechazado, un marginado. Tragué saliva antes de hablar.

-          Me dijo que soy un marica.

-          ¿Ah?- vaciló Paul-. ¿Eso? ¿Y eso te rompió el orgullo?

-          No lo entiendes- farfullé mirándolo a los ojos-. Cuando era niño sufrí de acoso. Todo fue por culpa de Tyler. Cuando el “salió del closet” comenzaron a molestarlo…y a mí también- miré mis manos, no tenía mucho valor para mirarlo-. Me decían que yo era un marica, igual que mi hermano; que no servía para nada, que era un fenómeno.

Different MindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora