Guardián de las Sombras (Herederos del Infierno #2)

Capítulo 18: Se acabó

Chust abre los ojos como platos desde la puerta.

—No estoy espiando, tú nos espías —señala a Carter.

Carter sacude los hombros.

—Yo solo vine a visitar a una amiga.

Uh.

—Creo que sí hay que encargarnos de él —le susurro a Carter al oído, con poco disimulo.

—Es muy grosero cuchichear —me regaña el chico.

—Lo sentimos, si no es mucho inconveniente, saldremos por esa puerta —dice Carter con tranquilidad. Solo entonces veo que saca la pistola que escondía en su pantalón; no lo apunta con ella, pero si le da vuelta en sus manos sin pena.

Para mi sorpresa, Chust no se sorprende ni se asusta, solo nos mira fijamente.

—Eres cazador —dice.

—Era, dejé de serlo hace poco. Pero no olvido mi entrenamiento.

—¿Cambiaste de bando?

—No pertenecemos a ningún grupo -interrumpo—. Solo queremos librarnos de todo esto.

—Es entendible —asiente Chust.

—¿Eso significa un sí, pueden salir? —pregunta Carter.

—No, no me permiten... —Un disparo le impide terminar su oración. El fuerte sonido me insta a cubrirme el rostro, y cuando me descubro, suelto un grito al darme cuenta que es Chust el que recibió el disparo. Apenas observo su pecho ensangrentado y aparto la mirada, aterrada.

—Carter... ¿Cómo pudiste?

—Iba a delatarnos, era la única forma de sacarnos de aquí.

—El ruido del disparo, Carter. Nos delataste...

—Silenciador, Cassie. Enfócate, por favor. ¿Obtuviste lo que buscabas?

Mi mente no procesa ahora mismo los recuerdos. Vin. Vin.

—Vin está mal. E-el no...

—Bueno, entonces vámonos.

—¡No! Nos necesita, Vin está realmente mal, tenemos que sacarlo de aquí.

—Cassie, venir aquí debió de ser dos horas como máximo y han pasado más de 20, esto se acabó. Este jueguito nos ha costado casi todo. Vendrás conmigo, saldremos de aquí y acabaremos el estúpido asunto con el amuleto, ¿entendido? —espeta Carter, terriblemente fastidiado. Y odioso.

—No puedo creer que te besé.

—Perdona si no pongo tanto empeño en rescatar al otro idiota.

—Mi amigo Manni también está en problemas. Lyla... Lo que ha hecho es inimaginable. Su condición es muy diferente a la que yo tuve, ni siquiera es ella.

Carter ni siquiera me escucha, mantiene una mirada perturbada, ajena a cualquier significado que salga de mi boca.

El muchacho me toma por los hombros.

—Cassie, estamos en serios problemas allá afuera. Lo que ha pasado con Kali y Quito no... —se entrecorta su voz. Se cubre los ojos con ambas manos y suspira de cansancio. Cuando vuelve a mirarme, siento que se me para el corazón—. Por favor, deja de pensar en tus problemas por un momento y analiza la situación: no tenemos manera de sacar a Vin, quien sabe si la tenemos nosotros de salir. Contamos con apenas una hora para estar allá afuera y reunirnos con los que quedan. ¿Me ayudas con eso?

—Sí. B-buscaré algo que nos ayude —balbuceo, mis labios y piernas tiemblan sin razón. También hace demasiado frío en la habitación.

La sangre. La sangre. Chust.