Capítulo 6: Discusiones

1.5K 220 31
                                    

Es Carter quien me ayuda a recoger las sábanas y almohadas de los sillones, ya que partiremos de la casa de inmediato por un aviso de Luk de que probablemente los cazadores deben de estar al tanto de nuestro rastro y busquen apresarnos.

Kali ayuda a Luk y a Qito a revisar el automóvil y a proveer de lo necesario para el viaje. Después de la reunión traté de hablar con Kali sobre qué haremos para rescatar a Vin pero dijo no tener idea. Supongo que confía en que a Carter se le ocurra algo.

—Cassandra —me habla Carter, excluyendo mi mirada mientras dobla las sábanas.

—Carter.

—Tengo algunas dudas sobre tu participación aquí.

Volteo a mirarlo.

—Piensas que no debería estar aquí.

—No es eso, es solo que pensé que no querrías entrometerte más en esto. Eres libre de Sademira, creí que eso era todo lo que querías.

—Supongo que tengo algunos pendientes —digo.

—¿Puedo saber si entre esos pendientes me encuentro yo? —Su voz se escucha tan baja que apenas lo escucho, parece casi avergonzado.

—No lo sé, ¿deberías? -Sonrío.

—Si fui tu primer beso, tal vez.

Presiento que mis mejillas están rojas de nuevo.

—Lamento desilusionarte —miento.

Carter apenas sonríe.

—Discúlpame por no ser Vin.

—No lo veo de esa manera.

—¿Segura?

—Nunca podría amarlo, no después de lo que pasó.

Carter parece estudiarme, buscando algún indicio de duda en mi rostro.

—No puedo creerte.

Le miro a los ojos, tan oscuros, aparentemente vacíos pero llenos de sentimientos. Hacía mucho que no veía unos ojos tan expresivos.

—Es porque no has visto lo que yo.

Kali se ofrece a conducir, ya que según ella es quien está mejor descansada y la más responsable para manejar, pero Qito se rehúsa de inmediato.

—¿Cómo sé que no nos llevarás directo a los cazadores? ¿O guardianes?

—Ya no soy nada de eso —espeta la chica.

—Lo creería si no intentaras alejar a Cassie de nosotros.

—Deberías agradecer que soy precavida.

—Precavida no, sospechosa. El que la quieras esconder de todos me hace pensar que tienes otros planes.

—Si tengo permiso de hablar, para mí todos parecen muy sospechosos —intervengo.

—Me parece que Cassie debería decidir quien maneja, ya que ninguno de nosotros es muy confiable —opina Carter.

Oh maldito Carter, no puede escoger a uno sin ofender al otro, lo que me deja en una situación comprometida. Decido la opción más viable.

—Que maneje Luk.

—Luk es un chiquillo —se burla Qito.

—Sé que puede —contesto.

El muchacho sonríe con nerviosismo.

—Bueno...

—Está decidido —digo—. Yo iré adelante con él.

Carter pone los ojos en blanco.

—Estarías más segura atrás, en el segundo asiento.

—Ese es tu lugar —contesto, con una sonrisa de suficiencia. Me divierte verlo así de fastidiado.

Luk me obliga a ponerme el cinturón de seguridad, ya que está muy nervioso de chocar y yo salga disparada por el vidrio.

—¿Hacia dónde nos dirigimos? — pregunta Luk.

—Conozco un lugar seguro en el que podemos asentarnos para planear lo que haremos —dice Kali.

—Pero Vin no tiene tiempo —reclamo.

—Créeme, Cassie, no se apresurarán a matarlo, no con lo mucho que lo aprecian, seguro buscarán alargar el juicio o tal vez se abstengan de matarlo.

—Me sorprende que no te preocupes por él siendo tu hermano.

—Él decidió este destino, Cassie.

—Si vamos a donde esta dice, es como si estuviera manejando —replica Qito.

—Luk puede dar vuelta en cualquier momento si le parece, ¿cierto? —afirma Carter, mirando a Luk con dureza.

—Por supuesto.

—Entonces, ¿a dónde nos llevas, Villanueva? —-inquiere Qito, burlón.

—Iremos a Guadalupe, Nuevo León, yo te diré qué carreteras tomar.

—Está algo cerca, lo suficiente para que puedan localizarnos —comenta Carter.

—Lo suficiente para no perder tiempo en sacarlo de ahí. Una vez que lo tengamos nos moveremos a un lugar más retirado —propone Kali.

—No me gusta este plan —dice Qito.

—Lo dices porque fue cazadora —murmuro, con los ojos en blanco.

—No, porque yo también lo fui. Parece ser que olvidas de donde proviene su familia, Cassandra.

Me giro para mirarle a los ojos, totalmente indignada.

—No lo olvido, al igual que tampoco olvido su misión de asesinarme en la Casa del Infierno. Ninguno tiene derecho a hablar sobre traición.

—Iremos a donde dice Kali, por ahora.

—Mañana partiremos a rescatar a tu amigo y encontraremos una manera de destruir ese amuleto, ¿te parece? -me dice Carter. Me es difícil mirarlo a los ojos después de aquel beso.

—No es mi amigo.

—Tu novio, entonces -responde, con una ligera sonrisa. Pero sus ojos no parecen sonreír.

Guardián de las Sombras (Herederos del Infierno #2)Where stories live. Discover now