Un sueño extraño

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Ana Rodríguez.

Dios, ¿Qué le iba a hacer? ya no se podía hacer nada, era imposible que haya pasado una cosa tan gigantesca como esa. Una bomba. Una dinamita. Una... Granada.

Ni siquiera duden en que llamé a toda la familia entera para que supieran la gigantesca noticia que me habían informado,  para esos momentos parecía una vieja vecina chismosa, como la que se la pasan en esos vecindarios, en los suburbios. Como sea, el punto es que le notifique a casi todo el mundo. Y ahora nos encontramos aquí en el hospital con James esperando a que terminé de coserle la herida a Anastasia.

¿Y el padre? bueno, en donde debe estar un muerto, en la morgue.

Después de haber esperado a Anastasia Martín, todos juntos nos fuimos a la casa de los hermanos Martín. Llamé a mi madre y desde el otro lado de la línea,  se escuchaba ella preocupada,  así que tomó junto con mi padre, el primer vuelo directo aquí a Brooklyn. De verdad, que yo no se que hacer en situaciones así,  nunca se me ha presentado algo así... Bueno, en realidad si, pero ósea,  que nunca me llamaran para estar como compañia para estas situaciones.

Junto con mi tio, mi primo y mis hermanos, llegamos a la casa de los Martín, nos encontramos a una señora vieja, como de unos sesenta años o más cerca, junto con la Pequeña Penny quien se encontraba llorando descontroladamente, haciendo que cualquiera que la vea, se le rompa el alma.

James, quien tenía sus hermosos ojos hinchados haciendo que arruinara la belleza de ojos que tiene, agarró a su pequeña hermana y se la llevó a su habitación, mientras que Ana, llevaba a a cada uno a la habitación de invitados (Que por cierto,  son millones de habitaciones) mientras que se quejaba del dolor del brazo.

- Nos quedaremos con ustedes hasta que su abogado y mi madre nos lo digan- Le dice mi hermana a Ana Segunda. 

- Está Bien, gracias por preocuparse - Abraza a mi hermana.

- Será mejor que descanses - Le digo a Ana, quien lloraba en los hombros de mi hermana mayor.

Mi hermana acompañó a Anastasia hasta a su habitación,  mientras que yo me quede a solas con Jesús (lo tenía cargado) y entré al cuarto que nos ha correspondido. Jesús, quien está dormido plácidamente,  lo acuesto en la cama matrimonial que se encontraba ahí. A continuación, me senté a su lado, prendiendo el televisor de pantalla plana y no es cuando gigantescas pulgadas que se encontraba en frente y empecé a analizar toda la situación que ha  y está pasando.

Es increíble como suceden las cosas así de rápido... apenas esta mañana estaba con James de lo más normal y ahora miren como me lo encuentro, como me encuentro con la familia entera. Y Pensar que ese hombre moriría como cualquier persona normal, si moriría de la vejez, de alguna enfermedad o de un paró cardíaco,  que se yo, pero nunca imaginé un asesinato, ¿Cómo podría ser?, él era un hombre muy bueno,  además de tener una empresa, tenía fundaciones. ¿Por qué señor? ¿Por qué pasó esto?.

El señor Seth era un hombre bueno, no tuvo que pasar esa bomba. Claro que no.

Bostezo. Ya me ha dado el sueño ¿Qué hora será?. Saco mi teléfono que se encontraba en el bolsillo de mi pantalón,  miro la hora, vaya, ya son las once, que rápido ha pasado la hora.

Quisiera tomar una grandiosa ducha pero ya es muy tarde y echarme un baño tarde no es muy bueno para mi salud, además, no tengo ropa, así que tendré que dormir con tan solo con la camisa que tengo. Me quito los Jeans y me quedo solo en mis pantis favoritas (De zombie, regaladas por papá,  lo se, que ridículo) y en una corta camisa que dice Adidas y de broma me cubre toda la parte desde la barriga hasta el cuello. Rapidamente me acuesto al lado de mi pequeño hermano.

La Tipica Vida De Una Adolescente LatinoamericanaWhere stories live. Discover now