Capítulo 11: "Antifaz"

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Eri se encontraba en su trabajo ejerciendo una labor nueva que le habían asignado: ser mensajera. En poco tiempo aprendió a conducir una pequeña moto modelo scooter de color amarillo. Le alegraba haber cambiado de trabajo y andar por la ciudad llevando paquetes le da la certeza de un agradable paseo y un sueldo mejor remunerado junto a buenas propinas.

Luego de elaborar tan cansado trabajo llegó al departamento de su amiga. Ésta le abraza muy eufórica, sosteniendo dos hojas en su mano.

- ¡Entramos! –Dijo Eleonor muy feliz.

- ¿Entramos? –Preguntó Eri.

- ¡Nos aceptaron! ¡Entraremos en la universidad! ¡Yo estaré en la Facultad de Humanidades y tú estarás en la de Arte!

La joven quedó estupefacta por unos segundos y cuando volvió a entrar en sí, gritó de alegría y abrazó a su compañera. Con lágrimas de felicidad, celebró su primer paso para ser la persona que deseaba.

Luego de la aurora, Eri siente tanta euforia que le impide estar quieta, todo esto junto a un gran temor al futuro y una psicosis por ahorrar. El futuro podía predecirse en ese aspecto, pero temía el no poder tener suficiente dinero como para pagar sus estudios. Aún así, lucharía como fuese posible para lograrlo.

Entonces recibió un paquete para llevar a una dirección familiar: el bazar. Al entregarlo, salió del local y se encontró con Paris quien al verle se ruborizó al igual que ella.

- E-Eri pequeña, ¿cómo estás? –Dijo tratando de no mostrar nervios.

- M-muy bien… tengo que trabajar –Respondió bajando la mirada.

Entonces se detuvo antes de irse y dijo:

- ¡Entré en la universidad! –Gritó con emoción- ¡Me aceptaron!

- ¡Excelente! ¡Eso quiere decir que nos veremos cuando comiencen las clases!

- ¡Sí! –Respondió, y pensó- Pero de seguro veré más a Víctor porque él pertenece a la misma escuela.

- Pues espera por la tarde, te enviaré un mensaje a tu teléfono móvil para invitarte a un lugar divertido para celebrar –Dijo guiñando el ojo.

Al llegar ésta al edificio donde estaba pernoctando, se consiguió con Víctor quien le esperaba junto a la puerta de entrada.

- ¡Señorita Eri! –Dijo muy alegre- Me dijeron que logró entrar en la universidad.

- ¡Estoy tan alegre! –Dijo dando saltos de felicidad.

- Me siento muy orgulloso de usted.

Y con mucha alegría, el joven artista le felicitó, abrazándole. Pudo sentir los rápidos latidos del corazón de la chica. No quería separarse.

- Le felicito mucho… estuve averiguando por mi parte para conseguirle una beca de estudio y si mantiene su promedio podrá evitar pagar la universidad.

- No entiendo.

- Usted entenderá que por ser profesor en la Facultad de Arte tengo contactos y facilidades. Por ello averigüé por mi parte y le conseguí una beca para poder pagar sus estudios.

- ¡¿Es en serio?! –Preguntó muy sorprendida.

- Por supuesto… claro, tendrá que ir dentro de unas semanas a la universidad para inscribirse y ese mismo día presentará la carta de la beca… ésta me llegará en unos días, así que se la entregaré formalmente –Y sonrió.

Eri se sonrojó y bajó la mirada.

- Su compañera Eleonor me dio los detalles de cuando recibió la carta, deben de sentirse entusiasmadas.

Rojo AtheneaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora